Año 90 del Sexto Ciclo.
El acero de las espadas de dos grandes facciones resuena en los alrededores. Hombres vistiendo grandes armaduras con decoraciones en blanco y rojo dominan la batalla contra los hombres de la facción en azul. Los números se rebajan de poco en poco, hombres mueren y sus cuerpos caen sobre los pastizales de aquél campo cercano a un bosque oscuro. Finalmente, se ve a un caballero con una espada a una mano combatir contra un oponente de escudo y maza. El hombre en rojo ataca furiosamente, impactando con el escudo del caballero en azul repetidamente. La infantería se junta a sus alrededores, ahora todos visten de rojo, parece que esta es su última batalla. El hombre en azul se defiende contra el caballero como puede, pero se percata que nadie más se adentra en la batalla, el honor de los combatientes. Con una gran fuerza, el caballero en rojo lanza una finta a su izquierda batiendo su espada antes de cambiar la trayectoria de la misma, ahora aventando su mano hacia enfrente en una estocada certera la cual impacta contra el abdomen del hombre en azul. La débil placa de armadura que llevaba en su abdomen es atravesada, dando paso a que la espada pueda penetrar en las entrañas del hombre. El hombre en azul siente como su abdomen es atravesado y deja escapar un gemido de dolor antes de dar un paso atrás, sacando la espada de su cuerpo. Sus brazos y su cuerpo se debilitan, dando la ventaja al caballero en rojo quien aprovechando el momento, ataca furiosamente, finalmente impactando nuevamente ahora en el hombro derecho del hombre en azul. Las placas de la armadura no fueron capaces de proteger al hombre, haciendo que la espada del caballero desgarre su cuerpo con una tajada. El caballero da una patada al abdomen del hombre en azul, haciendo que se tambalee antes de caer al suelo completamente débil. La infantería aclama la victoria del caballero, antes de que este de un paso hacia el cuerpo del hombre en azul, ahora penetrando una última vez el cuerpo del hombre, enterrando su espada en la garganta descubierta del mismo. El caballero deja su espada clavada en el cuerpo del hombre, ahora descansando un poco mientras jadea antes de llevar sus manos a su casco, retirándolo.
La infantería aclama la victoria en batalla con gritos y aplausos, ahora acercándose al caballero, felicitándolo por llevarse la última baja de la batalla. A pesar de no estar de acuerdo con aclamar una muerte, Sir Julen no puede evitar la formación de una pequeña sonrisa en su rostro. Los pensamientos del caballero son interrumpidos por un hombre en una armadura acorazada.
- Felicidades, Julen. Demostraste una implacable habilidad en combate. Mis respetos, eres un gran guerrero.
Julen se giró para mirar a aquel hombre, su sonrisa de haría más evidente ahora.
- Gracias, Comandante. Es un gran honor para mí que usted diga eso. No por nada me eligieron para servir aquí.
El Sir Comandante muestra una amplía sonrisa al muchacho antes de acercarse a el y darle una palmada en el hombro.
- Los malditos soldados de Poniente no tienen oportunidad contra ti.
Julen deja escapar una pequeña risa antes de dar una palmada en la espalda del Sir, para entonces darse la vuelta, retirando su espada de la garganta del enemigo anteriormente asesinado. Julen guarda su espada, dando una pequeña sonrisa al Comandante antes de caminar, detrás de el, la infantería comenzaría a dispersarse, recogiendo espadas, escudos y todo lo que se pueda llegar a utilizar.
El brillante sol comienza a ocultarse por el sureste, mientras Julen ahora camina hacia la tienda de campaña principal para revisar los siguientes movimientos juntos con otros caballeros y comandantes del ejército. Julen entra en la tienda mientras que todos ahora se reúnen alrededor de una mesa con un gran mapa del continente, las Greater Snowlands. Entonces, un imponente hombre comienza a hablar.
- Espero que ya estemos todos, no esperaré a nadie.
El noble entonces tomó una figura del mapa, dejándola de lado.
- Werly cayó. Aproximadamente setecientos hombres de Poniente cayeron hoy junto con Cox Werly, comandante del ejército. Las fuerzas de Poniente en Meadowbrook ya no son una amenaza, sin embargo, hoy ha llegado una paloma con un mensaje de Forestvale...
El noble cayó en silencio por un momento, mirando a todos los presentes.
- Vamos a tener que movernos rápido para reforzar Forestvale.
Las palabras del noble nos cayeron como un yunque en la cabeza. El ejército está agotado, la comida comienza a agotarse al igual que los materiales, todos los presentes se miran molestos y preocupados por esto.
- Entiendo su preocupación, caballeros, pero no hay mucho que podamos hacer ahora en Meadowbrook, necesitamos movernos, y rápido. Con esto dicho, el plan es reunirnos con el ejército de Lord Bolan en los pastizales a las afueras del ducado reforzando sus tropas y fortificado sus patrullas.
Dijo el noble, moviendo una pieza, acercándola a otra idéntica, representando sus palabras mediante la interpretación en el mapa.
- No vamos a ir a la ofensiva ahora. Nos superan en número, pero sabemos que no van a atacar tan temerariamente. Podemos defender el territorio con la pequeña colina que hay aquí.
El hombre señaló una irregularidad en el mapa antes de retirar su mano y mirar alrededor.
- Necesito que me apoyen.
Dijo el noble en una voz algo preocupada, antes de retirarse del mapa y ahora alejarse.
- Descansen, hay mucho por delante.
El noble salió de la vista de todos, los caballeros y nobles dentro de la tienda comenzarían a discutir sobre las complicaciones del plan, pero Julen simplemente salió de la tienda. Julen carga unos ojos cansados ahora, todo esto es agotador... Julen entra en su propia tienda, mirando alrededor antes de acercarse al catre que usa como cama, tomando asiento en el antes de empezar a retirar su armadura mientras su cabeza no deja de pensar en la batalla de hoy.
Tantas muertes...