Chereads / Entre Dos Tiempos / Chapter 2 - 『CAPITULO I』║ Una Nueva Oportunidad ║『PARTE 2』

Chapter 2 - 『CAPITULO I』║ Una Nueva Oportunidad ║『PARTE 2』

Sora permaneció en la azotea durante media hora después del doloroso rechazo. El sol comenzaba a descender en el horizonte, proyectando una luz dorada sobre la ciudad de Tokio. Sin embargo, para él, el mundo parecía haber perdido todo su color. La fría brisa de la tarde parecía susurrarle en un lenguaje cruel que no podía comprender.

Sentado en el borde de la azotea, Sora intentó procesar lo que acababa de suceder. Su mente estaba en blanco, como un lienzo vacío, mientras su corazón se sentía como una piedra helada en su pecho. Las palabras de Shiori resonaban en su cabeza, repetidas y distorsionadas por el dolor y la confusión.Finalmente, se puso de pie, sintiendo el peso de la tristeza y la derrota en cada paso que daba. Se dirigió hacia la escalera, decididamente tomando el camino de regreso a la realidad que había sido tan cruel con él. No sabía qué hacer con sus sentimientos, pero una cosa estaba clara: el rechazo de Shiori había cambiado todo.Al salir de la preparatoria y caminar hacia su apartamento, Sora se sintió como un extraño en su propio mundo. Cada rostro que pasaba parecía ajeno, cada sonido, distante. El cielo se oscureció, y con él, su esperanza y su determinación parecían desvanecerse. Sora caminaba con pasos lentos y pesados, sintiendo cada golpe de su corazón como un eco en su pecho. La luz de los faros de la calle comenzaba a encenderse mientras se acercaba a su destino. Sin embargo un cruce de ferrocarril se interponía entre el y su departamento, las barreras levadizas bajaron con un sonido metálico, indicando que un tren estaba a punto de pasar. Sora se detuvo junto a otras personas que esperaban en el andén, todos ellos con una expresión de paciencia resignada en sus rostros. La espera le pareció interminable, cada segundo arrastrándose como una eternidad.Mientras Sora trataba de distraer su mente de la agonía emocional, su mirada se desvió hacia la figura que estaba justo al frente, al otro lado de las barreras. Su corazón dio un vuelco cuando reconoció a la persona que se encontraba allí. Era Shiori.Ella estaba de pie, con una expresión pensativa en su rostro. Parecía perdida en sus propios pensamientos, ajena a los demás y al tren que se aproximaba. Sora sintió una punzada de sorpresa y confusión al verla en ese lugar, el permanecía inmóvil y con el corazón acelerado. La presencia de Shiori al otro lado de las barreras le hacía cuestionarse si debía acercarse a ella o simplemente ignorarla. Los segundos pasaban lentamente y el sonido distante del tren se hacía cada vez más evidente. Mirando a Shiori desde la distancia, Sora se debatía entre la duda y el deseo de acercarse.─ ¿Debería decirle algo? ¿O simplemente dejarla ir? ─pensaba, con el tren acercándose cada vez más.Fue entonces cuando vio a Shiori dar un paso hacia la barrera de precaución, cruzándola sin la más mínima señal de detenerse. La figura de Shiori avanzaba con determinación y un aura de desesperación en su postura. Sus movimientos eran lentos pero firmes, como si estuviera dispuesta a enfrentar el tren que se acercaba con velocidad.Sora sintió un golpe de pánico recorrer su cuerpo. ─ ¡No! ─pensó con desesperación. Sin poder soportar la idea de lo que estaba a punto de suceder, su mente se despejó de la confusión y se enfocó únicamente en la figura de Shiori.─ ¡Shiori! ¡Detente! ─gritó Sora en su mente, mientras la barrera aún estaba bajada y el tren estaba cada vez más cerca. Sin tiempo para pensar, Sora tomó una decisión desesperada. Corrió hacia Shiori con todas sus fuerzas, ignorando el peligro que representaba el tren que se aproximaba a gran velocidad.El tiempo parecía ralentizarse mientras Sora avanzaba, su mente llena de una única idea: ¡Salvarla! A medida que se acercaba a ella, sintió que el tren estaba a solo unos metros. Con un grito de desesperación, empujó a Shiori fuera de la línea del tren, con la esperanza de salvarla de lo que sería un destino fatal.Sin embargo, el tren ya estaba demasiado cerca. A pesar su esfuerzo, Sora no pudo escapar del tren que se abalanzaba hacia él. En un instante, la realidad se tornó gris y el ruido ensordecedor del tren lo envolvió todo. Sora sintió un dolor agudo y una sensación de desesperación mientras dejaba de existir.Shiori, atónita y con los ojos llenos de lágrimas, miró con horror cómo la tragedia se desarrollaba ante sus ojos. La desesperación y el arrepentimiento se mezclaban en su expresión mientras observaba a Sora, que yacía en el suelo, herido gravemente. El tren seguía su camino, dejando tras de sí un rastro de devastación.La escena se volvió un torbellino de caos y lágrimas. Shiori se arrodilló junto a Sora, su rostro pálido y sus manos temblando mientras intentaba ayudarlo. Sora, con una expresión de dolor y resignación, miró a Shiori con sus últimos vestigios de vida.─ Lo siento... No... quería que esto pasara. ─susurró Sora, su voz débil y entrecortadaShiori, con lágrimas en los ojos y una angustia palpable, tomó la mano de Sora con fuerza, susurrando palabras de arrepentimiento y dolor.─ Lo siento, Sora... lo siento tanto.Las luces de la estación se difuminaron en el fondo mientras el mundo de Sora se desvanecía lentamente. En ese último instante, mientras la vida se escapaba de él, el dolor del rechazo y la desesperación se mezclaban con el alivio de haber hecho lo correcto, salvar a su amada.. . .En un lugar frío y desolado, Sora abrió los ojos, solo para encontrarse con la infinita oscuridad que lo rodeaba. Poco a poco, su cuerpo parecía desvanecerse, mientras luchaba por comprender su entorno. Intentó gritar con todas sus fuerzas, pero solo el silencio le respondió.El silencio era absoluto, roto únicamente por el eco de sus pensamientos. Sora, sorprendido y confundido, gritó con todas sus fuerzas en un intento desesperado por comprender su situación.— ¡¿Por qué aún siento mi cuerpo?! —su voz resonó en el vacío, pero no hubo respuesta, solo el eco de sus propias palabras. El frío se volvía más intenso, y la desesperación crecía en su pecho.Mientras trataba de analizar la situación, una pregunta se formó en su mente, casi como un susurro de duda: ¡Espera! ¿No había muerto?— ¿Es esto... la muerte? —se preguntó, su mente en un torbellino de pensamientos y emociones.Poco a poco, una pequeña luz comenzó a entrar en sus ojos, disipando la oscuridad. A medida que la luz se intensificaba, Sora sintió una cálida sensación de paz y tranquilidad, muy distinta al frío y la desesperación de antes. En ese instante vio un paisaje blanco e infinito, sin nada a su alrededor. El lugar transmitía una calma absoluta.De repente, giró la cabeza y vio a un anciano con un atuendo blanco pero muy brillante. La figura del anciano era indescriptible, irradiando una serenidad y sabiduría que Sora nunca había experimentado antes.— ¿Dónde estoy? Ademas, ¿Quien es usted? —preguntó Sora, su voz suave y temblorosa.El anciano sonrió con paciencia y sabiduría, sus ojos reflejaban una calma infinita.— Estás en el "Tercer Cielo", Sora —dijo el anciano con voz suave y profunda.Sora sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Las palabras del anciano resonaron en su mente.— ¿Qué? —pensó Sora, incapaz de procesar completamente lo que escuchaba.El anciano continuó, su tono sereno y lleno de comprensión.— Además, soy al que ustedes llaman "El Creador" —dijo, sus palabras cargadas de una certeza inquebrantable.Sora se quedó sin aliento, sus ojos se abrieron con incredulidad. Un millón de pensamientos se arremolinaron en su mente, tratando de encontrar una explicación lógica.— ¡¿Qué?! —exclamó Sora, su voz llena de incredulidad. — ¿Está bromeando, verdad? Usted no puede ser Dios, porque Dios no existe. Solo es una creencia que inventaron los antepasados para poder explicar el origen del universo.El anciano observó a Sora con una expresión de profunda comprensión y compasión.— La gran mayoría de los seres humanos no creen en mí. Pero yo existo y soy muy real. —dijo el anciano, sus ojos fijos en los de Sora.Sora se quedó en silencio, tratando de asimilar lo que el anciano le decía. Sus pensamientos se entrelazaban con recuerdos de su vida, sus dudas y sus creencias. Era un joven racional, siempre buscando respuestas lógicas y científicas a los misterios de la vida. Y ahora, aquí estaba, frente a una figura que afirmaba ser el Creador, en un lugar que desafía toda lógica y comprensión humana.— Si realmente eres el Creador —dijo Sora lentamente, buscando las palabras adecuadas. — Entonces, ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué propósito tiene todo esto? ¿Por qué tuve que morir de esa manera?El anciano mantuvo su mirada serena y respondió con una voz llena de sabiduría y compasión.— Estás aquí porque tu sacrificio fue un acto de amor puro y desinteresado. Tu vida en el mundo terrenal ha terminado, pero tu espíritu tiene mucho que aprender y comprender. En este lugar, tendrás la oportunidad de explorar las profundidades de tu alma, de encontrar respuestas a tus preguntas y de descubrir el verdadero propósito de tu existencia.— ¿Y Shiori? —preguntó Sora, con voz entrecortada. — ¿Ella está bien?El anciano asintió, su expresión calmada.— Shiori está viva, gracias a tu valiente acto. Su camino aún continúa en el mundo de los vivos.Sora sintió una lágrima rodar por su mejilla, pero no era de tristeza. Era una lágrima de aceptación y comprensión. Mientras observaba el paisaje blanco y el rostro amable del anciano, comenzó a sentir que, aunque su vida terrenal había terminado, presentía que algo nuevo estaba por venir.— Aquí, en el cielo, tendrás la oportunidad de observar y comprender el impacto de tu sacrificio, y quizás encontrar una forma de hacer las paces con tu propio corazón. —dijo el Anciano con una voz tranquilizadora. — O bueno, eso me gustaría decir, pero tengo otros planes para ti.— ¿Otros planes? ¿Qué debo hacer ahora? —preguntó Sora, con una voz llena de determinación.— Sé que eres un chico tímido y antisocial, y por eso has tenido una vida muy aburrida. Pero, aunque tenga un mal historial de ti, nunca me hubiese imaginado que sacrificaras tu vida por una chica que te rechazó. —dijo el Creador.Sora bajó la cabeza, sintiendo una mezcla de vergüenza y tristeza. Recordar el rechazo de Shiori aún le dolía, pero su determinación de salvarla había sido instintiva y sincera.— Bueno... Aunque ella me haya rechazado, no quería que muriera frente a mis ojos —respondió Sora con voz temblorosa.El Creador asintió, sus ojos brillando con una luz cálida y serena.— Pues, por eso YO he tomado una decisión —dijo, su tono adquiriendo un matiz de solemnidad.Sora levantó la mirada, sus ojos llenos de curiosidad y esperanza.— ¿Qué? ¿A qué te refieres? —preguntó, tratando de imaginar lo que el Creador podría haber decidido.El Creador sonrió, una sonrisa que irradiaba sabiduría y amor. —He decidido recompensar tu decisión y valentía.— Y... ¿Cómo haría eso? —preguntó Sora, su voz reflejando una mezcla de anticipación y duda.El Creador levantó una mano, y de repente, el paisaje blanco comenzó a cambiar. Imágenes de mundos desconocidos, llenos de maravillas y misterios, aparecieron ante los ojos de Sora.— Para empezar, tienes dos opciones —dijo el Creador, su voz resonando en el aire. — La primera es reencarnar en otro mundo, y empezarás tu nueva vida desde cero.Sora miraba las imágenes, fascinado y atónito. Mundos de fantasía, con criaturas mágicas, vastos paisajes y aventuras inimaginables se desplegaban ante él. Era una oportunidad para empezar de nuevo, para dejar atrás su vida aburrida y tímida y vivir una existencia llena de emoción y descubrimiento.— ¿Y cuál es la segunda opción? —preguntó Sora con curiosidad.El Creador hizo un gesto, y las imágenes se desvanecieron, dejando nuevamente el paisaje blanco y pacífico.—La segunda opción es regresar a tu vida anterior, con una segunda oportunidad de vivirla de una manera diferente —explicó el Creador. — Podrás retomar tu vida desde el momento en que fuiste embestido por el tren, pero con el conocimiento y la experiencia que has ganado hasta llegar aquí. Sin embargo, hay un problema.Sora frunció el ceño, sintiendo un nudo de preocupación formarse en su estómago.— ¿Problema? ¿Cuál problema? —preguntó, su voz temblando ligeramente.El Creador hizo una pausa, como si estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras.— Reencarnarás en una chica —dijo finalmente, su voz firme y serena.— ¡¿Qué?! ¡¿Por qué en una chica?! ¡Si soy hombre! —exclamó Sora— Yo solo puedo transformar tu cuerpo, pero no tu personalidad —explicó el Creador—. De nada serviría que te diera un cuerpo perfecto si sigues con esa actitud.Sora trató de asimilar lo que el Creador estaba diciendo, pero las palabras parecían no tener sentido.— Sin embargo, si reencarnas en una mujer, experimentarás nuevas cosas. Y presiento que tu actitud y personalidad cambiarán. Ademas nadie podrá reconocer y descubrir que fuiste Kuroi Sora. —continuó el Creador, su tono lleno de sabiduría.Sora se quedó en silencio, intentando comprender la lógica detrás de la propuesta.— Pero, ¿por qué yo? No creo que sea la primera persona en conocer a Dios. —dijo finalmente, su voz reflejando una mezcla de curiosidad y desesperación.— Tienes toda la razón, no eres el primero. Muchas personas antes que tú decidieron reencarnar. —dijo el Creador.Sora sintió una chispa de esperanza, pero también una sombra de duda.— Pero ninguna logró cumplir la única condición, por eso simplemente desaparecen y nadie los recuerda. —dijo el Creador, su voz adquiriendo un matiz de tristeza.Sora sintió un escalofrío recorrer su espalda.— ¿A qué te refieres con que desaparecen y nadie los recuerda? —preguntó, su mente corriendo con preguntas y temores.El Creador hizo una pausa.— Hay una condición para poder reencarnar en tu mundo —dijo finalmente, su voz llena de una gravedad que hizo que Sora sintiera el peso de sus palabras.— ¿Condición? ¿Cuál? —preguntó Sora, con una voz temblorosa.— Nadie debe descubrir que alguna vez fuiste Kuroi Sora, de lo contrario borraría tu existencia de todos los que te conocieron —dijo el Creador, su voz grave y seria.Me da un poco de miedo desaparecer. ─pensó Sora, sintiendo un nudo de ansiedad en su estómago. ─ Pero a su vez, me da mucha curiosidad saber qué es lo que pasa después de mi supuesta "muerte".Sora respiró hondo, tomando una decisión firme en su mente.— Elijo la segunda opción, reencarnaré en una chica. Esta vez aprovecharé todo el tiempo que perdí en estos 17 años —dijo, su voz llena de determinación.El Creador asintió, su expresión mostrando aprobación y respeto.— Es tu decisión, y la respeto... —dijo con una voz que resonaba con sabiduría y comprensión- — Ya que serás una chica, tendré que darte un nuevo nombre.El Creador se quedó pensativo por un momento, sus ojos brillando con una luz eterna.— ¡Ya sé! Tu nombre será Miyuki Shiro —anunció con una sonrisa.Sora, ahora Miyuki, asintió lentamente.— Bueno, suena bastante bien —dijo, probando el nuevo nombre en sus labios.El Creador continuó, su tono lleno de generosidad.— Además, te obsequiaré algo de dinero para que puedas empezar esta nueva vida —dijo, extendiendo su mano hacia Sora.— Muchas gracias por todo, pero ¿Por qué me regalas tantas cosas? —preguntó Sora.El Creador sonrió con una calidez paternal.—¿Acaso ya lo olvidaste? Hoy es tu cumpleaños, y como padre de todos los seres humanos, es mi deber —respondió.Sora sintió una profunda emoción al darse cuenta de que era su cumpleaños.—Recuerda, Sora, esta es una nueva oportunidad para ti. Aprovecha cada momento y vive con el corazón abierto —dijo el Creador, su voz resonando con una autoridad tranquila.Sora asintió, sintiendo una renovada esperanza y propósito.—Lo haré, lo prometo —dijo, su voz firme y llena de determinación.El Creador extendió su mano, y al tocar a Sora, una luz brillante la envolvió, llenándola de una calidez reconfortante. El paisaje celestial comenzó a desvanecerse, mientras el sentía que su nueva vida estaba a punto de comenzar. El mundo blanco y tranquilo desapareció, dando paso a una nueva realidad.. . .Sora despertó lentamente, con sus sentidos desorientados. Abrió los ojos y se encontró mirando al cielo, estaba sentado, descansando en el tronco de un árbol. Al girar la cabeza, se dio cuenta que se encontraba en un templo cerca de su departamento.— ¿Qué...? ¿Qué me sucedió? —Sora murmuró, tratando de enfocar su visión.Miró a su alrededor, notando la arquitectura tradicional del templo.De repente, los recuerdos volvieron a él de golpe. Recordó el accidente en el cruce del tren, y cómo había muerto al salvar a Shiori. Recordó también al anciano que decía ser Dios y que le había ofrecido una segunda oportunidad.—¡Espera! ¡No había muerto! —exclamó. — Además, ¿por qué soñé con ese anciano que decía ser Dios?Se levantó de golpe, y fue entonces cuando notó algo diferente.— ¿Por qué mi voz se escucha más aguda? —dijo, llevándose una mano a la garganta. — ¿Y por qué tengo pechos? —miró hacia abajo y vio que su cuerpo había cambiado drásticamente. Tenía el cabello largo y de color plateado, y su figura era claramente femenina.— Ahora entiendo... No fue un sueño, en verdad reencarné en una chica. —dijo, todavía en estado de shock.Se levantó lentamente, tambaleándose un poco mientras trataba de acostumbrarse a su nuevo cuerpo.— Aunque no lo parezca, se me hace muy difícil controlar este nuevo cuerpo —pensó en voz alta.De repente, recordó algo importante.— Dios prometió darme dinero, pero ¿Dónde está? —dijo, mirando a su alrededor.Comenzó a buscar por todo el templo, revisando en cada rincón. Finalmente, notó un pequeño bulto en el bolsillo de su pantalón. Metió la mano y sacó un fajo de billetes.— ¿Qué es este bulto que hay en mi pantalón? —se preguntó—. Ah, es el dinero. Veamos cuánto me dio para que pueda "sobrevivir".Contó rápidamente los billetes y sus ojos se abrieron con sorpresa.— ¡3 000 000 de yenes! ¡¿Para qué necesito tanto dinero?! —exclamó, sin poder creerlo.Al buscar más en sus bolsillos, encontró su celular. Lo encendió y vio que la fecha y la hora eran las mismas que antes del accidente.— Es viernes... ¡No ha pasado nada de tiempo mientras estaba hablando con Dios! —dijo, sorprendido. — Es como si todo hubiese sucedido en un instante.Se tomó un momento para procesar todo. Sabía que no tenía sentido quejarse, ya que el obsequio y esta nueva oportunidad que le habían otorgado, era una luz en su vida.— Bueno... Será mejor que no me queje, ya que esto me beneficiará mucho —dijo, guardando el dinero y el celular con cuidado.Mientras miraba a su alrededor, sintió un torbellino de emociones. La vida que había conocido estaba atrás, y ahora se enfrentaba a un futuro incierto con un corazón que latía con una mezcla de esperanza y determinación. Su pasado, con todas sus heridas y recuerdos, había quedado atrás en el cielo, y ahora tenía la oportunidad de empezar de nuevo en un mundo que, aunque familiar, era también completamente nuevo para ella.— Este es el momento —murmuró para sí misma, sus palabras llenas de una resolución tranquila. — A partir de ahora, soy Miyuki Shiro. Esta es mi oportunidad para reinventarme, para buscar una vida que sea verdaderamente mía.Se levantó y caminó hacia las escaleras de la entrada del templo, donde la luz del atardecer se filtraba a través de los arboles. Observó la ciudad que se extendía a lo lejos, un océano de edificios y calles iluminadas que parecían prometer infinitas posibilidades. Cada rincón de la ciudad parecía estar lleno de promesas de aventuras, de desafíos y de experiencias que nunca antes había conocido.— Mi nueva vida empieza aquí —continuó, su voz ahora más firme y llena de determinación. — Quiero hacer algo con esta oportunidad que se me ha dado. Quiero vivir cada día con pasión, aprender de cada experiencia. Esta vez, voy a aprovechar cada momento.Próximo capítulo:"ADAPTACION: Un Paso Hacia Lo Desconocido"