- Draekon comenzaba a estirar su cuerpo mientras yo recogia mi espada y a ver que ya pasaron los seis segundos; por fin se regeneraba mi brazo. Volteo a ver a mi hermano Aiko, que también ya se había regenerado la otra parte del torso. Los dos vimos que ya estábamos en condiciones de seguir peleando y volver a la pelea sin pensarlo dos veces.
- Draekon: Hace tiempo que nadie me hacía sacar mis alas. Estaba tan aburrido en el cielo que bajar aquí no fue una mala opción. ¡Vamos, peleemos hasta que uno de los cuatro acabe muerto!
- Draekon ataca a Aiko de nuevo, intentando cortarle las dos piernas, pero Aiko, con su espada, frena su ataque. Mientras yo ataca de nuevo a Draekon, pero esta vez al cuello, intentando cortarle la cabeza. Pero Draekon comienza a crear magia de tierra para frenar mi ataque.
- Draekon: ¡Muro de tierra!
- Draekon creando un muro de tierra en su espalda antes de que yo le corte la cabeza; si se hubiera demorado unos cuatro segundos más, ya estaría muerto.
- Catter: Hmph... ¡Mierda! Fallé, necesito volver a intentarlo. Debemos terminar esta pelea rápido.
- A lo lejos, Akira y mis otros hermanos terminaban de matar al dragón rojo, que les habría dejado muchos problemas y había matado a más de la mitad de los humanos que estaban luchando. Ya casi no quedaban humanos para pelear; solo quedaban unos 100, y la mayoría de ellos estaban heridos de gravedad. Solo nosotros los héroes podían hacerle frente a las otras razas, pero estas se estaban retirándose del campo de batalla. Nosotros quedamos confundidos. El Dios que tenía el Hacha, al ver que el plan estaba dando frutos, les dice: "Ya viene el Dios Thalor, el Dios de la Guerra, el Dios más poderoso de todos." Nosotros Los héroes sentimos una presencia en el cielo y al mirar hacia arriba, donde había un cielo oscuro, otro Dios con una armadura blanca se encontraba allá arriba en los cielos.
- Este mira hacia abajo, observándonos a nosotros los tres héroes que estaban peleando contra el Dios Draekon y luego a los otros héroes que habían derrotado al dragón rojo, uno de los dragones más poderosos.
- Thalor: Ustedes se hacen llamar los Doce Héroes, los que van a salvar a la humanidad. Mmmm, ya veo, pero eso es una pena. No han podido ni vencer hasta ahora a Draekon y piensan así salvar a la humanidad. Eso solo es un sueño, un triste sueño que no se hará realidad. Por eso, yo, el Dios de la Guerra, mataré aquí y ahora a ustedes, los Doce Héroes.
- Thalor utiliza magia de tierra, abriendo en el suelo una gran grieta, por la que caen muchos humanos, muertos o vivos.
- Thalor: Esta grieta que nadie puede sobrevivir a la caída, y los que sí son enviados al calabozo de la perdición. ¡Jajajajajaja!
- nosotros Los Doce Héroes nos alejamos de esa grieta para no caer en ella. El Dios Thalor rápidamente baja al suelo para pelear contra nosotros y así vencernos y arrojarlos a la gran grieta. El Dios Draekon se pone serio y revela su verdadero poder mágico, haciendo que su mana crezca y comienze a pelear en serio.