Sentí como los rayos de sol acariciaban mi rostro, ya era un nuevo día y era hora de prepararme para el nuevo año escolar. Me levante de mi cama y fui a atender mi higiene personal, desayune y salí de mi casa.
Ya montada en el autobús saludé a algunas chicas, fui a sentarme y me dispuse a observar el paisaje. Vivo en un pueblo boscoso, lleno de vegetación. Se escuchaban los pájaros cantar en sintonía con el susurro de los árboles y el arroyo cristalino que fluía por el centro del pueblo, sus aguas reflejaban la luz del sol.
Al llegar a la escuela me baje del autobús, fui a mi clase y tome asiento. La profesora nos recibió con un cálido "Buenos días" y todas contestamos al unísono "Buenos días profesora", empezó a contarnos que teníamos una nueva compañera, esta entro al aula y se presentó.
-Hola, mi nombre es Alicia, me gusta pintar y me acabo de mudar desde la ciudad, un gusto en conocerlas a todas- dijo sonriendo.
Mis ojos se posaron en Alicia, que estaba parada nerviosamente junto con la profesora, automáticamente la reconocí, era mi vecina la que había conocido el día anterior, escuchaba como ese grupito de chicas del fondo de la clase, se reían y decían, "Oíste eso?, dijo que le gusta pintar" "Jaja pintar es de niños", les di una mirada amenazante y callaron. Tuve una punzada de simpatía por ella, sin dudarlo la invité a sentarse conmigo.
-Siéntate a mi lado Alicia- dije señalando el asiento que estaba vacío.
No tenía idea porqué llevaba tanto tiempo ese asiento vacío, no importa, ya no lo estará nunca más. Alicia y yo empezamos a charlar, en susurros para que la maestra no nos escuchara.
-Siento que vamos a llevarnos muy bien Alicia- dije susurrando mientras abría mi cuaderno.
-Yo también Sarah, estaba nerviosa por ser nueva aquí, pero me hace sentir un poco tranquila ver una cara conocida-
A medida que la clase avanzaba, Alicia y yo seguíamos charlando en susurros. Descubrimos que teníamos mucho en común, como nuestra pasión por el arte y la música. La profesora nos pidió que sacáramos nuestros libros de texto y comenzamos a trabajar en la primera lección del año. Alicia se mostró un poco perdida, así que le ofrecí mi ayuda para que se pudiera poner al día.
Durante el recreo, le propuse dar un paseo por el patio de la escuela. El sol brillaba y el aire estaba lleno del dulce aroma de las flores. Caminamos juntas, riendo y hablando.
De repente, escuchamos un ruido detrás de nosotros. Era el grupito de chicas que se habían burlado de Alicia al principio de la clase. Se acercaron a nosotros con una sonrisa burlona en sus caras.
-¿Qué quieren? -pregunté firmemente, poniéndome delante de Alicia para protegerla.
-Oh, solo queríamos dar la bienvenida a la nueva chica -dijo la líder del grupito con una sonrisa falsa.
-¿Bienvenida?- repetí, incrédula. -Creo que ya han hecho eso antes, ¿no?-
Alicia se puso nerviosa detrás de mí, pero no dije nada más. En lugar de eso, les di la espalda y seguí caminando con Alicia.
-Lo siento mucho- dijo Alicia, cuando estuvimos lejos de ellas. -No quiero causar problemas-
-No te disculpes- le dije. -Son solo unas chicas que no tienen nada mejor que hacer. No les prestes atención-
Seguimos caminando y me detuve un momento.
-¿Quieres ver algo? -pregunte con una sonrisa misteriosa.
-¿Qué es? - Alicia me miraba de una manera curiosa.
-Sígueme-
La llevé a un lugar secreto en el patio de la escuela, donde había un pequeño jardín escondido. Tenía bastante vegetación y una variedad de flores de colores vivos, como rosas rojas, margaritas blancas, girasoles amarillos, etc. También algunos árboles, que proporcionaban sombra y refugio a los pájaros que cantaban sus dulces melodías.
Le encantó. Era un lugar perfecto para escapar de la escuela y de las chicas que nos molestaban.