Chereads / La caída del cielo / Chapter 3 - Encuentros y revelaciones

Chapter 3 - Encuentros y revelaciones

El sol brillaba con intensidad aquella mañana en mi vecindario, las flores en los jardines estaban en plena floración, llenando el aire con su fragancia dulce y delicada.

Decidí salir a dar un paseo, disfrutando del cálido abrazo del sol y la brisa suave. Mientras caminaba por la calle principal, un pequeño puesto de pinturas llamó su atención. Los colores vibrantes y las escenas de naturaleza capturadas en los lienzos eran cautivadores. En el puesto estaba una chica, que reconocí de inmediato. Era Alicia, mi nueva amiga.

Alicia era una figura que destacaba no solo por su belleza, sino también por la serenidad que emanaba. Estaba organizando sus pinturas con cuidado, y sus ojos reflejaban una mezcla de esperanza y preocupación. Me acerqué, sentía una punzada de curiosidad.

—¡Buenos días Alicia!— salude con una cálida sonrisa. —No sabía que vendías tus pinturas—

Alicia levantó la vista, sorprendida al verme.

—¡Buenos días Sarah!— respondió tímida  —Sí, estoy tratando de vender algunas de mis obras para ganar un poco de dinero. Mi madre está enferma y necesitamos cubrir algunos gastos médicos—

Sentí un nudo en el estómago al escuchar las palabras de Alicia. La empatía me golpeó con fuerza, recordándole las veces en que había visto a su propia abuela luchar contra la enfermedad. Sin dudarlo, comencé  a examinar las pinturas más de cerca, apreciando la habilidad y el amor con que habían sido creadas.

—Tus pinturas son hermosas— dije sinceramente. Me encantaría comprar algunas. ¿Cuánto cuestan?—

Alicia, visiblemente aliviada, me indicó los precios. Elegí tres cuadros que me parecieron especialmente conmovedores: uno de un atardecer sobre un campo de girasoles, otro de un río bajo un hermoso cielo estrellado, y el último, un retrato de una madre abrazando a su hija.

—Me llevaré estos tres —Y además, quiero que sepas que si necesitas cualquier tipo de ayuda, no dudes en venir a mí. Estoy más que dispuesta a echarte una mano!—

Alicia, con los ojos llenos de gratitud, asintió.

—Gracias, Sarah. No sabes cuánto significa esto para mí y para mi madre. Es muy reconfortante saber que no estamos solas—

Pagué por las pinturas y me despedí de Alicia. Mientras caminaba de regreso a casa con las obras de arte bajo el brazo, sentía una mezcla de satisfacción y tristeza. Satisfacción por haber ayudado, aunque fuera un poco, y tristeza por la situación de Alicia y su madre. Decidí que haría todo lo posible para apoyarlas, no solo con dinero, sino también con su tiempo y compañía.

Al llegar a mi apartamento saludé a mi madre, le conté sobre Alicia y las pinturas que había comprado. Conmovida, me invitó a colgar las pinturas en la sala de estar, donde pudieran ser vistas y apreciadas todos los días.