—Chica bonita, si tu cuñado no aparece pronto, el gran hermano aquí tendrá que mandarte de camino. Una vez que estés allí abajo, no me culpes; todo es culpa de tu cuñado —dijo Wuu Yaodong con un brillo lascivo en sus ojos al mirar a Lin Shanshan y a Perro Calvo.
Lin Shanshan lo fulminó con la mirada, preguntándose si debería noquear a este bastardo de un golpe y aprovechar la oportunidad para escapar.
Miró hacia el fuego detrás de Wuu Yaodong, donde el extraño anciano estaba sentado disfrutando de algo de carne asada.
Perro Calvo no había sido rival para él hace un momento, entonces sus propias habilidades limitadas eran naturalmente aún menos efectivas.
Con eso en mente, decidió esperar pacientemente a que su cuñado llegara.
Wuu Yaodong pensó que estaba paralizada de miedo, lo que solo aumentó el sentimiento de venganza que hinchaba en su corazón.