Long Fei y Wang Xiaoya entraron a la habitación, y Wang Xiaoya empezó a buscar por todas partes inmediatamente.
Long Fei arqueó una ceja —¿Qué estás haciendo?
—Wang Xiaoya dijo —¿Dónde está la sábana que Lin Shanshan te dio?
Long Fei dio una sonrisa amarga —No era un regalo. Xu Dong y yo estábamos bebiendo arriba y terminé estrellándome contra su sábana colgada después de emborracharme. Me desperté por la mañana con ella regañándome de lo lindo. Ofrecí lavar la sábana por ella, pero ya no la quería.
—¿Entonces por qué no le compras una nueva? ¿Por qué quedarle debiendo un favor? —Wang Xiaoya hizo un puchero de descontento.
—Long Fei explicó —Pensé en comprar una nueva, pero esa sábana es de una marca extranjera, ¡vale decenas de miles! Así que pensaba esperarme a cobrar para reembolsársela.
—¿De verdad? —Wang Xiaoya se sintió ligeramente menos irritada.
—¡Por qué te mentiría! —Long Fei se sentó junto a ella, miró su carita enojada y rió —¿Estás celosa?