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Una vez que dejaron los límites de la ciudad y tomaron la autopista, el coche deportivo comenzó a estabilizarse.
Chu Feng eligió deliberadamente la ruta más hermosa del Clan Feng, donde se podía ver el mar y la playa a lo lejos al lado de la autopista.
Les presentó a Long Fei y Su Yiyi —Esa es la Costa Dorada en la distancia, el tramo de playa más hermoso de Ciudad Binhai. ¡Si tenemos la oportunidad, os llevaré a nadar allí!
El viento soplaba a través del cabello de Su Yiyi, revelando su lindo y bello rostro.
Ella miró a Long Fei con ojos brillantes y se acercó a su oído, preguntando en voz baja —¿Con qué apostó Hermano Chu Feng contigo?
El viento era tan fuerte en el coche que no podías oír claramente a menos que estuvieras cerca.
Long Fei se rió torpemente, inclinándose hacia su oído y dijo en voz alta —¡Él apostó sobre cómo recoge chicas!
Una ráfaga de la delicada fragancia de la chica hizo que la respiración de Long Fei se acelerara un poco.
