—¿Es este el tipo de lugar al que podría venir? —Li Mubai se burló.
Liu Ruyan y Chen Anqi avistaron a Guo Yi.
—¿Guo Yi? —Los dos casi gritaron al unísono.
Chen Anqi estaba algo nerviosa, no había esperado que, después de varios días sin verlo, ¿Guo Yi aparecería aquí? Liu Ruyan también estaba sorprendida y se burló, —¿Se ha vuelto loco este tipo? ¿Atreverse a irrumpir en un lugar como este?
—¿Podría ser que esté aquí para asistir a la fiesta? —dijo despectivamente un joven maestro.
—¿Él? —Liu Ziheng se mofó con desdén y dijo—. ¿Tiene la cualificación?
—Entonces, ¿cómo entró? —preguntó el joven maestro con curiosidad.
—Hmph, nueve de cada diez veces se coló —Liu Ziheng se mofó con desdén y dijo—. ¡Quién sabe si estará haciendo algo malo con las antigüedades aquí!
—¡Tonterías! —Chen Anqi lanzó una mirada fulminante a Liu Ziheng y dijo—. El pequeño Yi podrá ser pobre, pero definitivamente no es un ladrón de poca monta.