—¡Hielo y fuego! —exclamó emocionado.
—Reinos duales, descendiendo de los cielos.
—De un lado estaba la Espada de Hielo, del otro, el Dragón de Fuego.
—¡Boom!
—Bajo la inmensa fuerza, un golpe para erradicar.
—Guo Yi permaneció inmóvil en el mismo sitio. Sus ojos solo se fijaron en esas dos gigantescas espadas. Con el poder de Ni Cangtian, se estimaba que sería difícil de defender. Si los dos se enfrentaran, probablemente podrían durar siete días y noches. Lástima, Ni Cangtian fue extinguido por él mismo.
—Ahora, Takahashi también estaba luchando en sus estertores de muerte.
—A medida que caía una espada, Wangjiang levantaba olas imponentes, y el hielo y el fuego gradualmente se disipaban.
—Jaja... —Takahashi no podía ver la figura de Guo Yi en el aire y de repente estalló en risas—. ¡Genial, mocoso, finalmente moriste!
—¿Quién dijo que estoy muerto? —Desde el aire, la voz helada de Guo Yi descendió de los cielos.
