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—¿Calle Oeste en Ciudad Jiangnan? ¿No es eso simplemente un lugar de reunión para charlatanes de la medicina tradicional china? Todo el mundo sabe que ahí es donde los estafadores se congregan. —Al escuchar esto, la gente de los Liang se volvió aún más bulliciosa, con burlas, risas y sarcasmo resonando en los oídos de todos.
—¡Qianqian, ya basta! —La cuñada mayor frunció el ceño y dijo—. El viejo maestro está gravemente enfermo, y tú aquí causando problemas. Es malo que no tengas respeto por el decoro, pero ¿qué pasaría si retrasaras el tratamiento de tu abuelo? ¿Entonces qué?
—Tía, Guo Yi es realmente el Doctor Divino de Ciudad Jiangnan. —Liang Qianqian se volvió aún más ansiosa, su irritación era evidente mientras sus súplicas eran ignoradas—. Te ruego, déjalo echar un vistazo a la enfermedad del abuelo.
—¡Tonterías! —La ceja de la cuñada mayor se arqueó mientras decía—. ¡Si sigues así, te haré echar fuera!
—En ese momento, Liang Minghui se apresuró a ir:
