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Los ojos de Mu Zhiruo se llenaron de lágrimas, sus pestañas curvadas adornadas con varias finas gotas, brillando como diamantes cristalinos.
Su hermosa y conmovedora apariencia te hacía sentir un dolor en el corazón.
¡No lo soportaba!
¡Claro, no podía soportar destrozar los sueños de Guo Yi, ni sus fantasías!
¡La gente no pueden vivir sin sueños!
Como en estos últimos ocho años, Guo Yi había perseverado con todas sus fuerzas, se había sostenido con pura voluntad—¿no era acaso para mantenerse firme? Sin ese sueño, ¿cómo podría haber persistido hasta hoy, cómo podría haber sobrevivido a ese roce con la muerte?
—Yi Gege —dijo Mu Zhiruo, levantando la vista hacia Guo Yi—, si un día, Zhi Ruo te deja, ¿qué harás?
—Me temo que no sería capaz de seguir viviendo —dijo Guo Yi con convicción.
Mu Zhiruo tembló por completo, apretando los dientes con fuerza.
¡La verdad!