Dentro del Pabellón del Tesoro, el único artículo que captó la atención de Guo Yi fue un solo Fruto del Espíritu Refinado; no encontró nada más que le interesara.
Cuando emergió del Pabellón del Dios de la Medicina, bastantes personas estaban afuera esperando.
Los discípulos del Valle Sin Preocupaciones estaban temblando en la entrada, observando a Guo Yi con el corazón latiendo fuertemente en trepidación. Su furia interna era palpable, pero no se atrevían a expresarla vocalmente. El miedo era evidente en sus ojos.
Liang Qianqian miraba a Guo Yi tímidamente.
En comparación con su anterior cautela y desdén, parecía una persona totalmente diferente. Cuando Guo Yi se acercó a ella, ella se preparaba para ofrecer algunas palabras de disculpa. Inesperadamente, él pasó junto a ella sin darle una segunda mirada, como si ella no existiese.
La cara de Liang Qianqian se tornó roja como un betabel.
