—¡Guo Yi! —La tez de Lu Fenghua fluctuaba entre oscura y clara, la ira, la intención de matar, la resistencia y la humillación arremolinándose en sus ojos.
—¡El que no acepte, le golpearé hasta que lo haga! —Guo Yi se mantenía orgulloso con las manos detrás de su espalda, su expresión gélida al decir:
— Me especializo en tratar con toda clase de desobediencia.
—Bang! —Guo Yi no dudó; ahora que había comprendido la base de su oponente, no tenía tiempo para juegos. Él atacó con su palma sin el menor retraso.