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Dudó por un momento, pero aun así respondió el teléfono.
—Gran Maestro Guo, hola —una voz familiar se escuchó al otro lado del teléfono.
—¿Quién es? —preguntó Guo Yi.
—¡Soy Long Wu! —dijo apresuradamente Long Wu—. Gran Maestro, ¿ha olvidado? La última vez en el Recinto de Entretenimiento Gran Jiangnan Norte.
—¿Qué quieres? —Guo Yi preguntó fríamente.
Guo Yi no tenía ningún cariño por Long Wu. Si Tang Zhan no hubiera estado presente la última vez, probablemente ya habría matado a Long Wu.
—He reservado una habitación privada en el Gran Jiangnan Norte, y deseo hacer las paces —Long Wu se rió entre dientes—. Te ofendí la última vez, de verdad lo siento por eso. Esta vez, pido sinceramente que el Gran Maestro nos honre con su presencia.
—¡No estoy libre! —Guo Yi rechazó rotundamente y estaba a punto de colgar el teléfono.
De repente, Long Wu dijo: