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Tras llegar a la escena de la batalla, los cuatro hombres comenzaron a inspeccionar el área.
La nariz de Guo Yi captó un hedor putrefacto en el aire, y su atención se dirigió a un medio cuerpo en la hierba. Se agachó y miró seriamente el cadáver ennegrecido. Frunció el ceño —¿Secta del Diablo Kunlun?
La Secta Kunlun, justa pero heterodoxa.
Aquellos a quienes les gustaba la llamaban Secta Inmortal de Kunlun. Quienes la despreciaban la referían como la Secta del Diablo Kunlun.
Aunque la Secta Kunlun también entraba al Dao a través de las artes marciales, también cultivaban una técnica secreta de nutrir demonios. Este llamado nutrir de demonios no era más que refinamiento de una persona en un cadáver ambulante con poder de ataque después de matarlos. En los ojos de Guo Yi, esto era una forma de práctica maligna.
—Hermano Guo, ¿has encontrado algo? —Lin Beichuan vio que Guo Yi no se levantaba.
—¡Gente de la Secta Kunlun! —Guo Yi entrecerró sus ojos, revelando un aura asesina.
