—Tío Cuarto —alguien entró apresuradamente en este momento.
La persona era el hijo menor del hijo mayor, Guo Jingui.
El mayor había muerto hace más de una década, dejando atrás varios hijos, ninguno de los cuales resultó muy bien. Todos trabajaban en Grupo Guo, viviendo sus vidas a merced de los Tíos Cuarto y Quinto, sus días llenos de frustración. Sin embargo, una vez acostumbrados a la sumisión, no tardaron en acostumbrarse a esa vida.
—¿Qué sucede? —preguntó el Tío Cuarto, vestido con una túnica azul oscuro, sorbiendo té en la sala principal.
—Acabo de recibir noticias —dijo Guo Jingui ansiosamente—, se dice que Guo Yi tiene la intención de llevar el cuerpo de Guo Songlin al templo ancestral Guo para un servicio conmemorativo y, además, quiere colocar la tablilla de Guo Songlin entre las de nuestros ancestros.
—¡Qué! —La cara del Tío Cuarto se oscureció al oír esto.
