Al día siguiente.
En el complejo del comité provincial, dentro del patio del viejo Tang.
En los últimos días, Tang Ru había estado cultivando con diligencia, esforzándose por mejorar su propia fuerza.
Bajo un sauce cerca del lago, Tang Ru estaba sentada en meditación con la respiración concentrada y la mente enfocada. A su lado, yacía la blanca como la nieve Cítara de Hueso. Estos últimos días, Tang Ru siempre había mantenido la Cítara de Hueso a su lado, incluso dormía con ella en sus brazos. Parecía como si la cítara se hubiera convertido en el objeto más importante de su vida.
El viejo Tang y Tang Zhan la observaban desde un lado.
—Padre, Ru'er ha estado bastante obsesionada con la meditación estos últimos días —los ojos de Tang Zhan revelaban un atisbo de preocupación.