Extremadamente complacido consigo mismo, el CEO sonrió y le hizo una señal de que todo estaba bien a Hera, la cual respondió con un asentimiento.
El productor al que había llamado resultó ser un amigo cercano, lo que hizo que la solicitud se realizara sin problemas ni contratiempos. Además, era una situación en la que ambos salían ganando.
No podía evitar anticipar los próximos movimientos de su jefa y cómo se desarrollarían los eventos. Si no fuera una rica heredera, sin duda consideraría reclutarla como su artista. Veía en ella un gran potencial para lograr un gran éxito.
Aunque ella aún no había hecho nada, la gente ya estaba cautivada por su belleza y clamaba por verla en pantalla.
Salió de la mansión, prácticamente saltando y con una sonrisa en el rostro. Aunque no estaba seguro de qué esperar, confiaba en que su jefa no era ingenua y por eso anticipaba que pronto surgiría un jugoso chisme.