El corazón de Nie Heng se hundió—no era por el dinero, pero se indignó al ser extorsionado por Xing Shu en público. Había sido un tiburón en el mundo corporativo durante tantos años. ¿Cuándo había sufrido tal pérdida?
La multitud quedó en silencio. Alguien ya había grabado secretamente la escena con su teléfono móvil y había enviado el video a sus amigos. Todos pensaron que Xing Shu tenía un deseo de muerte. Incluso Liu Chun no pudo evitar reírse de la ignorancia de Xing Shu—¡Xing Shu realmente se atrevió a chantajear a Nie Heng! ¡Qué atrevimiento!
Sin embargo—para sorpresa de todos—Nie Heng sacó su talonario de cheques y lo firmó con calma. Luego, se acercó a Xing Shu y dijo: «Ten esto en mente—te pagaré esta vez por cuenta de Cheng Lang. Pero el día en que Cheng Lang te deje es el día en que te mataré». Solo ellos dos podían oír esto. Para los demás, solo fue un breve momento de cercanía entre ellos.