Sang Qianqian soltó una carcajada.
Debía estar realmente borracho, viendo cómo podía decir tantas tonterías.
—¿Estás seguro de que estuviste ahí? —preguntó ella en un tono serio—. ¿Sabes dónde estaba yo en ese momento?
—En la casa quemada del profesor Fu'er —repitió Shen Hanyu mecánicamente.
Sang Qianqian todavía no lo tomaba en serio —Pero tú estabas en la capital en ese momento, ¿no? —preguntó con despreocupación.
—No estaba —Él negó con la cabeza y dijo en un tono grave.
—¿Quieres decir que no estabas en Pekín, pero fuiste a la casa del profesor Fu'er y viste la gran luna?
Sang Qianqian contuvo su risa —Yo también estuve allí esa noche. ¿Me viste? —preguntó.
Había hecho esa pregunta en tono de burla, queriendo escuchar lo que diría Shen Hanyu estando borracho.
Para su sorpresa, Shen Hanyu la miró seriamente —Sí, lo hice.
Sang Qianqian estaba verdaderamente divertida.
