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Cuando Wen Xu hablaba de estas cosas, estaba demasiado tranquilo. Después de todo, el momento más emocional y triste de su vida ya había pasado. Ahora, había reconocido la realidad y sabía lo que debía hacer.
Siempre había mantenido una distancia respetuosa de Wen Hao y la familia Wen. No tenía ningún pensamiento especial sobre la empresa de la familia Wen.
Pero ahora, había cambiado de opinión.
Incluso si el árbol quisiera estar quieto, el viento no se detendría. Ya que Wen Hao estaba tratando de aplastarlo y suprimirlo por todos los medios, queriendo obtener todos los activos de la familia Wen, entonces no dejaría que Wen Hao hiciera lo que quisiera.
Solo cuando estuviera en una posición lo suficientemente alta y tuviera suficiente capital podría devolver el favor a Wen Hao y a su madre. Solo entonces podría no ser como Han Tianyi, que ni siquiera podía protegerse a sí mismo y solo quería causarle más problemas a la Hermana Qian por sus propias acciones.