—Mañana regreso a Yuecheng.
Sang Qianqian guardó silencio durante dos segundos. —Como no podemos vernos, no te molestaré más. Nos encontraremos en el futuro.
Estaba a punto de colgar cuando Fang Lan la detuvo, —Espera.
Fang Lan quería encontrarse con Sang Qianqian. Era raro que ella tomara la iniciativa de llamar, y Fang Lan no quería perder esa oportunidad. Además, si Sang Qianqian iba a regresar a Yuecheng, no se sabía cuándo volvería. Incluso si Fang Lan quería decir algo, sería demasiado tarde.
—Qué tal si haces esto, busca un lugar y mándame la dirección.
Fang Lan se decidió en un instante. Bajó la voz y dijo, —Ahora voy hacia ti.
Después de escuchar la confirmación de Sang Qianqian, Fang Lan colgó. Acababa de guardar su teléfono y alzó la vista para ver a Shen Hanyu mirándola fijamente. Una indescriptible sensación de opresión la envolvía en silencio.