—¿Qué? Ayer viniste a la Familia Jing a llorar y ensuciar el suelo de mi casa. Hoy, viniste al cementerio a llorar. ¿Quieres ensuciar el camino de reencarnación de mi padre? —Las palabras de Qin Lan seguían siendo implacables. No tenía una buena expresión en su rostro al enfrentarse a Yu Yan.
Jing Chen y Su Wan seguían atrás y miraban a Jing Shao.
Jing Shao claramente no esperaba encontrarse con Qin Lan aquí hoy. Sorpresa y alegría cruzaron su rostro. Originalmente había planeado ir a la Familia Jing en dos días cuando Qin Lan estuviera de mejor humor, pero hoy también era bueno. Aprovecharía esta oportunidad para aclarar las cosas. No sabía si Qin Lan estaría dispuesta a escuchar.
Al pensar en esto, Jing Shao se sentía un poco conflictuado.
Su Wan se movió lentamente al lado de Jing Shao y dijo en voz baja:
—Papá, no dudes. Di lo que quieras decir lo más pronto posible. De lo contrario, sería una lástima perderlo."
