—Al ver que los dos ancianos estaban a punto de discutir, Jing Chen miró a Su Jing y Su Wan con impotencia, solo para ver a los hermanos riendo disimuladamente al lado.
—Su Jing atrajo a Jing Chen y le susurró algunas palabras al oído. Luego, dijo a Su Ye y Zhang Qing:
—Bien, papá, mamá, el cuñado todavía está aquí. Tengan cuidado.
—Su Ye y Zhang Qing no eran tan respetuosos como las parejas tradicionales. Habían discutido desde que eran jóvenes, pero nunca se habían tomado esas palabras en serio. Los dos seguían siendo cariñosos, haciendo que muchas parejas los envidiaran extremadamente.
—La primera vez que Su Wan vio a los dos discutir, tuvo la misma reacción que Jing Chen. Con el tiempo, se fue acostumbrando a este modo de interacción. Al menos la vida no era demasiado aburrida.