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Aunque Su Wan no estaba preocupada de que Jing Hao tuviera estos problemas, en los ojos de los extraños, Yuyu y Haohao eran niños ordinarios, así que estas palabras podían resonar con más gente.
No persuadas a los demás a ser amables cuando nunca has sufrido lo que ellos sufrieron.
Muchas personas presentes ya estaban casados y tenían hijos. Podían entender los sentimientos de Su Wan como madre.
Aquellos representantes de compañías eran básicamente ya de mediana edad, pero aún así sentían que Jiang Xin había excedido los límites.
Kang Xu se sonrojó bajo las preguntas. No tenía un hijo y no había pensado tanto en eso. Ahora, realmente había hecho el ridículo.
—Xinxin estuvo mal. Pido disculpas en su nombre. Xinxin es tu hermana. Todavía somos familia. Nos vemos a menudo... —Antes de que Kang Xu pudiera terminar de hablar, fue interrumpido por Jing Chen, con una cara fría.
