Tan pronto como se conectó la llamada, Xia Jing estaba completamente metida en su papel. Ya no se veía feliz y emocionada. Su tono era mucho más profundo y sus ojos estaban llenos de drama.
Aun cuando Bai Lian no estaba aquí, todavía exudaba un aura fría.
—Bai Lian, hace tiempo que no nos vemos. ¿No esperabas que llegaría tan lejos por Wan wan, verdad? —Bai Lian estaba atada. Había un teléfono frente a ella con la espalda hacia ella.
La voz era de Xia Jing. Bai Lian la reconoció.
Bai Lian ya había mirado a su alrededor. Aparte de un hombre con una máscara de monstruo y ropa holgada que hacía imposible adivinar su tamaño, no había nadie más.
En cuanto al hombre, se sentó y no dijo nada.
Después de escuchar la voz de Xia Jing, Bai Lian finalmente entendió que la persona que la había secuestrado era Xia Jing.
Fue inesperado.
—¿Por qué me secuestraste? —dijo Bai Lian con calma.