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Li Lu tenía demasiadas preguntas en su corazón, pero no podía ser como Jiang Ran. No podía revelar ninguna pista.
De lo contrario, perdería no solo su propia cara, sino también la de Li Yue, y hasta la de la familia Li.
Jiang Yu no tenía intenciones de cuestionar al director Zheng sobre este asunto.
Por cómo iban las cosas, parecía que no había manera de continuar grabando el programa de hoy.
Por lo tanto, el director Zheng dijo:
—Todos, tranquilicémonos por hoy. La grabación termina aquí. Denme algo de tiempo para encontrar un nuevo anfitrión e invitado.
Todos estuvieron de acuerdo, así que salieron del escenario hacia la sala de estar del backstage para recoger sus cosas y prepararse para irse.
Li Lu aprovechó el tiempo para buscar al director Zheng y dijo:
—¡Director! ¿Qué está pasando?
El director Zheng también tenía una mirada de impotencia en su rostro, dijo:
