—Hmph, creo que no tendrás ningún resplandor maternal en veinte años con tu apariencia delicada —Xie Jiuhan curvó sus labios y levantó la mano para acariciar la pequeña nariz de la mujer.
—Por cierto, ¿te invitó la Concubina Imperial Ana al banquete? —preguntó Feng Qing.
—No te preocupes. Si tú puedes ir, ¿cómo no voy a ir yo, el Rey de los Asesinos, que siempre ha estado en la Mansión Presidencial? Ya le dije a la Concubina Imperial que participaré como Inframundo —dijo Xie Jiuhan.
Al escuchar que iba a asistir con esa identidad, Feng Qing retiró sus dos brazos de la cintura del hombre y dijo con una sonrisa, —Oh, entonces fingiremos no conocernos en el banquete.
—Xie Jiuhan: "???"
…