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—¡Pum! ¡Pum! —Las orejas de Feng Qing se movieron. Podía escuchar claramente los latidos acelerados de las empleadas.
Acompañado por una serie de pasos resonantes, un grupo de personas entró desde el exterior. El grupo tenía una presencia imponente y no sonreían. La persona a la cabeza tenía un rostro apuesto y una figura esbelta. Sus ojos negros como la brea estaban llenos de dignidad sin límites. ¡Él era el rey de todo Capital, Xie Jiuhan!
Todos inhalaron colectivamente. La mirada con la que observaban a Xie Jiuhan estaba llena de reverencia y admiración. Feng Qing podía escuchar claramente que en el momento en que Xie Jiuhan apareció, el corazón de muchas de las empleadas se aceleró unos cuantos latidos.
Era atractivo y poseía una apariencia desafiante al cielo. Dondequiera que pasaba Xie Jiuhan, todos se maravillaban de la injusticia del Creador. ¿Por qué existía un hombre tan perfecto en el mundo?