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Obviamente la estaba amenazando.
En un instante, un destello de horror apareció en los ojos de Samantha. Luego, murmuró tímidamente —Abuela, no es eso... Timothy no me ha intimidado...
Al final de su frase, Samantha sonó como si estuviera a punto de llorar.
Su apariencia lastimosa agravó las cosas para Timothy, puesto que Nancy se enfureció aún más. —Increíble. ¡La amenazas justo delante de mí! Hoy te tengo que matar. ¡B*stardo! —Una vez más, Nancy levantó su bastón y golpeó la espalda de Timothy más fuerte que antes.
Timothy estaba extremadamente desconcertado, pero no podía hacerle nada a su propia abuela. Por lo tanto, solo podía soportarlo en silencio.
Luego, miró de reojo a Samantha. Ella todavía se veía algo lastimosa, pero sus grandes ojos negros brillaban con una luz brillante, y ella incluso sonreía satisfecha al haber conseguido su venganza.
¡Esta mujer era verdaderamente astuta!