El auto negro se detuvo suavemente en el césped frente a la entrada. La puerta trasera se abrió y las largas piernas de un hombre fueron lo primero en aparecer.
La mirada de Samantha recorrió desde esas piernas hacia arriba. Cuando vio el cuerpo esbelto y el rostro apuesto de Timothy, no pudo evitar que su corazón latiera aún más rápido.
Él llevaba una simple camisa blanca y un par de pantalones, pero como en una pintura maestra, logró atraer la atención sobre sí mismo y hacer difícil que la gente apartara la mirada.
No fue hasta que la puerta del auto del otro lado se abrió y otra figura caminó hacia él, capturando al instante los ojos de Samantha.