Timothy extendió su mano para tomar la suya y dijo en voz baja —No te preocupes. Mi gente no es tan débil.
Aunque él intentó tranquilizarla, Samantha seguía preocupada.
Ronald era el tipo de persona honesta que era tanto gentil como culta. Mientras tanto, esos guardaespaldas eran tan crueles como Brian. El resultado era algo en lo que Samantha no se atrevía a pensar...
Samantha pasaría el resto de su vida sintiéndose culpable si algo le hubiera pasado a Ronald.
El coche iba por la carretera a toda velocidad, acortando su trayecto de hora y media a tan solo 40 minutos.
Samantha prácticamente arrastró a Timothy y corrió hacia la habitación en la que se encontraba Ronald.