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Ya era demasiado tarde...
Samantha bajó la mirada y apretó las manos inconscientemente, pero un segundo después, volvió a levantar la vista y sonrió profesionalmente a la cámara.
Abría los labios para hablar con un tono calmado y natural. —Hola a todos...
Su entrega era fluida al principio, pero al llegar a la tercera línea su discurso se había ralentizado notablemente y había una tartamudez apenas perceptible.
El director se dio cuenta rápidamente de que algo iba mal y preguntó a través del auricular, —¿Señorita Larsson? ¿Qué sucede? Recupérese. ¡Estamos en vivo ahora!
Muchas personas estaban prestando atención a esas noticias, y si ocurría algún error durante la transmisión, nunca se le volvería a permitir acercarse a una mesa de estudio.