Qiao Nan se sintió un poco decepcionada. Ese día, miró durante mucho tiempo la pared de su casa, como si estuviera esperando a que Zhai Sheng se trepara por ella.
Qiao Nan finalmente pudo manejar sus sentimientos y estaba preparada para enfocarse nuevamente en sus estudios. Quería preparar el plan de estudios para el siguiente semestre, pero una llamada telefónica de su maestro, Lin Yuankang, trastocó completamente su plan.
Al principio, Qiao Nan pensaba que su maestro estaba bromeando con ella.
Esa mañana, el coche de la casa de su maestro se detuvo en la entrada principal de la casa de los Qiao. Oyó a su maestro instándola continuamente a que pusiera su equipaje en el coche. Solo entonces se dio cuenta de que lo que su maestro había dicho en su anterior llamada telefónica era cierto.
Qiao Dongliang siempre había sabido que su hija había reconocido formalmente a un maestro y estaba aprendiendo inglés de él.