—Qiao Nan pudo oír la voz de Zhai Sheng venir desde atrás. Se sobresaltó y giró la cabeza de un tirón —Hermano Zhai, tú… ¿Cómo entraste? Recuerdo que mi papá cerró la puerta cuando se fue. Espera, Hermano Zhai, lo hiciste de nuevo…
—Qiao Nan se tomó la cabeza con angustia —Hermano Zhai, con tu comportamiento actual, siento que si mi casa tiene un patio en el futuro, definitivamente le pediré a mi papá que construya una pared con esos pedazos de vidrio pequeños y afilados. Si no, no me siento muy segura.
—Zhai Sheng se sentó de manera descarada. Su rostro incluso estaba lleno de consenso —Sí, debería construirse de esa manera. La pared del patio no debe ser muy baja, y no puedes poner pocos trozos de vidrio roto.
—Hermano Zhai, le estoy pidiendo a mi papá que haga esto para protegerme de un 'lobo—Qiao Nan continuó —¡Para prevenir al Hermano Zhai, este gran lobo salvaje que vestía un uniforme de ejército verde, de trepar las paredes de mi casa!
