Si su padre tuviera dinero extra, definitivamente lo guardaría para que Qiao Zijin y ella lo utilizaran cuando fueran a la universidad.
—¿Por qué crees que tenemos un refrigerador en casa? —Qiao Dongliang se sintió un poco disgustado.
En aquel entonces, Ding Jiayi siempre clamaba por comprar un refrigerador. Sobre todo en verano, sería mucho más conveniente tener un refrigerador en casa. Sin embargo, la situación financiera de la Familia Qiao no les permitía comprar uno.
Nunca esperaron que ahora que Ding Jiayi no estaba en casa, tendrían un refrigerador grande en casa. En verano, ya no necesitaban comprar paletas heladas en el pequeño puesto de venta. Podían tener paletas heladas cómodamente en su casa.
—¿También es de parte del padre de Zhu Baoguo?
—Fue un regalo de alguien, pero no fue del padre de Zhu Baoguo. Fue de Zhai Sheng.
—¿Hermano Zhai? —Qiao Nan estaba atónita—. ¿Por qué nos enviaría esto? Papá, ¿por qué estuviste dispuesto a aceptarlo?
