—Dame la mitad del dinero que gastaste en la televisión y el teléfono primero. Has acordado que el pequeño patio de la familia Qiao será de Zijin y mío. Dame el dinero. Mañana, espérame en la Oficina de Asuntos Civiles. Nos divorciaremos. ¿Esto te parece bien? ¿No me vas a impedir encontrar a otro hombre? Debería ser... ¡no debería impedirte encontrar a otra mujer!
—Ese juego de televisión valía mucho dinero. ¡Old Qiao quería usar el divorcio para amenazarla. De ninguna manera!
—Esta fue la primera vez que Ding Jiayi aceptó divorciarse. Qiao Dongliang realmente no sabía si debía sentirse feliz o enojado.
—Al final, Qiao Dongliang tomó una respiración profunda. «Quieres dinero. Claro. Aún así, lo mismo de siempre. Te daré el dinero después de que nos divorciemos. Si no nos divorciamos, no obtendrás ni un centavo».
—Habían sido pareja durante tantos años. ¿Realmente lo trataba como a un tonto?
