—Qiao Zijin finalmente tuvo la oportunidad de conocer al Anciano Lee, y él sonreía todo el tiempo cuando la vio. Ella estaba tan orgullosa de ser bien querida por todos. Estaba a punto de decir "Sí", pero las palabras se le atoraron en la garganta.
—¿Por qué el Anciano Lee mencionaría a Qiao Nan en cuanto empezó a hablar?
—Qiao Nan siempre había sido mala con las palabras, no era tan querida como ella. ¿Por qué el Anciano Lee la habría confundido con Qiao Nan?
—Las palabras de Qiao Zijin se ahogaron en su garganta y terminó dejando escapar un sonido débil. El Anciano Lee asumió que ella había reconocido sus preguntas.
—Cuando vio que esa era la niña que estaba buscando, se volvió aún más amable. "Xiao Qiao, has criado a una buena hija. Realmente parece la hija de un soldado, llena de justicia."
—Pero Xiao Qiao, deberías prestar más atención a la salud de tus hijos. Nan Nan, ¿sigues conmocionada por el incidente pasado? ¿Has caído enferma y por eso tu voz suena extraña?"
