—Incluso si el Tío Qiao no puede acompañarte, puedes encontrar a otra persona, o puedes buscarme a mí. Si no hubiera salido a hacer unos recados y me hubiera encontrado contigo, ¿tenías la intención de regresar sola a casa? —La expresión de Zhai Sheng se volvió sombría.
—Así es. —Qiao Dongliang asintió en acuerdo—. Soy tu papá. Deberías buscarme. —Qiao Dongliang dejó claro que Qiao Nan debe buscarlo a él como una prioridad.
Qiao Nan era su hija. Si tenía algún problema, la primera persona a la que debía buscar debe ser su padre. ¿Por qué debería pedir ayuda a extraños?
Qiao Dongliang no se daba cuenta de que Zhai Sheng estaba interesado en Qiao Nan. Pero como hombre, era muy consciente de que Qiao Nan era su hija, y no debería ir buscando a otros. También dejó claro este punto a Zhai Sheng.
Qiao Nan estaba sin palabras ante el ataque de los dos hombres. —¿Están seguros de que debería buscar a alguno de ustedes?