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—Xu Tingting y Zhao Yu tenían la nariz y la cara tan hinchadas como las de un cerdo. Con solo mirarlas, Qiao Nan podía decir que el cerebro detrás de esto no era otro que Zhu Baoguo. Además de él, nadie sería capaz de eso.
—Zhu Baoguo tronó los nudillos, produciendo fuertes sonidos —ellas dos se lo buscaron.
—Ding Jiayi empezó el rumor mientras que Xu Tingting y Zhao Yu echaban leña al fuego.
—Después de enterarse, Zhu Baoguo no les hizo nada en la escuela. Esperó hasta hoy antes de conseguir a dos grupos de personas para detenerlas en su camino a la escuela.
—Tan pronto como los dos grupos de personas vieron a Zhao Yu y a Xu Tingting, sin mediar palabra, les pusieron sacos en la cabeza y les dieron puñetazos y patadas.
—Las personas que Zhu Baoguo reunió eran veteranos en golpear a gente. Sabían cuánta fuerza ejercer.