Tan pronto como Qiao Dongliang hizo esa declaración, los rostros de Qiao Zijin y Ding Jiayi se iluminaron instantáneamente. Podían ver un rayo de esperanza.
—Dongliang, hemos sido marido y mujer durante tantos años. Sé que no serás tan despiadado. Siempre has favorecido y mimado a Zijin. No nos abandonarás. —Ding Jiayi se secó rápidamente las lágrimas de su rostro—. Dongliang, a Nan Nan se la ha llevado esa persona ahora mismo. Los cuatro juntos formamos una familia completa. Vamos a buscar a Nan Nan ahora.
Ding Jiayi sabía que Qiao Dongliang había decidido salir de esta casa debido a Qiao Nan.
Por lo tanto, mientras Qiao Nan viviera sola, Qiao Dongliang se mudaría para quedarse con ella.
Para mantener a Qiao Dongliang con ella, no importa cuánto disgustara a Qiao Nan, debía buscar a Qiao Nan y tratarla bien en el futuro. De lo contrario, Qiao Nan se mudaría sola y Qiao Dongliang la seguiría, dejándola sin marido, y a Zijin sin padre.