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—Nuestra familia Zhai no carece de esta pequeña suma de dinero. No aceptes un trabajo así en el futuro. Si tienes tiempo, sería mejor que descansaras más.
Zhai Hua sabía muy bien que, como soldados, aceptaban misiones. Los soldados que llevaban a cabo la misión no actuaban como humanos, sino como máquinas. Era muy normal que soportaran frío, hambre y noches sin dormir.
Por lo tanto, siempre que había tiempo, Zhai Hua intentaba relajarse lo mejor que podía y descansar bien para recuperar su fuerza física y energía una vez que llegaba a casa.
—No te preocupes. Sé lo que estoy haciendo.
—Es bueno que sepas lo que haces. Hoy tengo algo que hacer y debo salir por un rato —dicho esto, Zhai Hua bebió otro tazón de sopa de pescado. Después, regresó a la habitación para cambiarse de ropa y prepararse para salir de casa.
—Zhai Hua —Zhai Sheng la llamó antes de que pudiera irse.
Un brillo pasó por los ojos de Zhai Hua. Miró a Zhai Sheng y lo bromeó: