Chereads / Re:Soul Empezando una nueva vida desde cero / Chapter 2 - Cálida Bienvenida

Chapter 2 - Cálida Bienvenida

—KE KE KE.

Una risa en el vacío resonó.

No se puede ver, oler o sentir algo en este lugar, eres unicamente tu y la abismal oscuridad sin fin.

—Chico, dime algo.

— ¿Crees en la reencarnación?

Daiki no tenía un cuerpo físico en este interminable espacio, no había manos, pies, no existía nada de él, únicamente su conciencia existía en este plano.

Sin boca no podía responder así que la respuesta vino de la única cosa que se encontraba en ese lugar además de aquella burlona voz, su conciencia.

"Si"

—KE KE KE KE KE KE KE.

Nuevamente aquella voz río pero esta vez a carcajadas, después de unos segundos la risa finalmente cesó. El vacío que consumió la sala se desvanecía hasta convertirse en un blanco cegador.

—Ugh.

La luz blanca se convirtió pronto en azul, un hermoso azul celeste con lo que parecían esponjosos algodones blancos moviéndose tranquilamente por aquel inmenso cielo. Así es, despertó como si de un mal sueño se tratara.

—Pero que... ¿Qué está pasando aquí?

Levantándose de su pequeña siesta lo primero que hizo fue mirar a su alrededor incrédulo aún de lo que estaba viendo, se encontraba sentado en un pequeño claro de un bosque desconocido rodeado de matorrales, flores extrañas y una que otra ave desconocida. Lo único que reconoció como común además de la hierba en la que se encontraba fueron los árboles. Todo el lugar era extrañamente pintoresco, dando la sensación de estar en una de esas historias de fantasía medieval.

Sumando la fresca brisa que se sentía incluso revitalizante, el aire era tan fresco y puro que en pocos lugares del mundo podrías respirar un aire tan fresco.

—A ver... Esto es raro ¡Demasiado!

confundido se levantó de la hierba en la que había estado descansando, perplejo empezó a tratar de analizar y asimilar que demonios era lo que acababa de pasar.

—hmm... no hay herida en mi pecho, estoy en un bosque de día, acaso... ¿Fue un sueño? No, no, imposible — tocando la rasgadura de ropa que había en su pecho supo que todo era real — Tengo la ropa rota, el daño fue real. Pero entonces por qué...

Confundido Daiki se rasco la cabeza y se estiro, sus piernas se sentían como si hubiera corrido un maratón de 10 kilómetros sin descanso y sus brazos estaban muy entumidos.

Después de algunas lagartijas y unas pocas sentadillas decidió moverse para ubicarse y entender mejor el lugar en el que se encontraba, era claro que era un bosque pero ¿En donde?

Daiki camino de un lado a otro por el claro del bosque en el que se encontraba — Esto... Si de verdad morí ¡Estoy en otro mundo! —Daikia junto sus manos y las acercó a su rostro — ¡Es como en esos animes! maldición ¡Que suerte! A diferencia de las historias convencionales parece que yo no fui invocado, digo, lo normal es que alguien te invoque pero no hay nadie, claramente yo llegué aquí después de morir.

Las dudas invaden su mente pero también aquella emoción de estar en otro mundo predominaba sobre lo anterior. Daiki no es un chico demasiado inteligente mucho menos alguien que se detenga a analizar las cosas mucho, es un joven impulsivo y algo descuidado, esto se puede notar viendo su apariencia. Un joven de ojos color oliva, un cabello castaño muy descuidado, es un chico de lo más común, no destaca nada muy importante fuera de que sabe tocar la guitarra, aunque no es delgado tampoco es muy fuerte mucho menos inteligente. La mejor manera de describirlo sería como ˝Un chico común de Japón".

Lo primero que decidió hacer fue salir del bosque en busca de cualquier tipo de forma de vida inteligente no hostil.

—Esto huele a aventura pura, un mundo del que probablemente desconozca todo es muy... ¡Emocionante!

Caminando finalmente decidido a abandonar el claro camino sin rumbo hacia el bosque —Solo seguiré el sol, iré hacia donde se mete, tal vez encuentre algo —Caminando por el bosque extraños cantos de aves se escuchaban junto con lo que eran probables arroyos cerca del lugar.

—Honestamente es un poco preocupante el hecho de que no tenga ni siquiera un daga para defenderme, no es como si la supiera usar pero al menos es mejor que nada.

Pronto después de caminar por algunos minutos entre los matorrales del bosque se empezaron a escuchar pasos, pasos que se sentían cada vez más cerca. Daiki decidió esconderse detrás de un árbol, en este bosque lo que menos quería era encontrarse con un goblin, o algo peor.

"Mierda, espero que no me haya escuchado, lo que sea que venga espero que no venga con hambre."

Los pasos se escuchaban más cerca, pronto el sonido de los matorrales crujiendo fue lo suficiente cerca para dejar ver la silueta de algo o ¿Alguien?

Detrás del árbol Daiki observó con cuidado hacia aquella zona hasta que los nervios que lo mantenían atento se convirtieron en un profundo alivio.

—Ara... ¿Arata? —Dijo Daiki mientras salía detrás del árbol observando a quien parecía ser su mejor amigo.

—¿Daiki?

Arata, el mejor amigo de Daiki también se encontraba en aquel bosque desconocido, quien al igual que Daiki parecía estar bastante desconcertado sobre el lugar y sobre todo la situación tan poco natural en la que se encontraba.

—¿También terminaste aquí?

—Eso debería preguntarte a ti, la situación no es para nada normal, mucho menos el hecho de encontrarnos aquí, acaso fue por que... ¿Morimos juntos? —Arata se rasco la cabeza pensando en la situación, poco a poco la duda se disipó hasta convertirse en un alivio mutuo, los dos jóvenes amigos habían terminado en el mismo mundo por alguna extraña razón, el hecho de por qué razón, fue la pregunta que más resonó en su cabeza durante el poco tiempo que llevaban en este nuevo mundo.

A diferencia de Daiki, Arata era algo diferente a él, sobrepensar las cosas innecesariamente como justo ahora, quemándose el cerebro por cosas tan estúpidas como ¿Que fue primero la gallina o el huevo? aunque este caso sería raro que no se preguntara qué era lo que había pasado.

Arata Miyazaki, un Joven de cabello negro, ojos color azul celeste y piel blanca, a diferencia de Daiki Arata era un poco mas inteligente y mas atractivo, pero al igual que su amigo seguia entrando en el arqueotipo de "un chico comun".

—...Emm, oye... Arata, yo quería disculparme por lo que paso, digo nuestra muerte a fin de cuentas fue mi culpa creo, no recuerdo exactamente qué fue lo que paso pero si recuerdo que sucedió por mi culpa.

—Nah, oye está bien digo, no es como si pudiéramos regresar el tiempo lo hecho hecho está y me alegra al menos estar aquí contigo.

Daiki dejó ver una leve sonrisa mientras observaba a Arata.

—¿Daiki por qué tu ropa está rasgada en el pecho?

—¡Ah! parece ser que la herida desapareció pero el daño a la ropa se mantuvo, por lo que debimos ser transportados.

—Ya veo.

El fresco ambiente del lugar de pronto comenzó a sofocarse y sentirse pesado.

Escalofríos invadieron a los dos chicos quienes comenzaron a sentirse extrañamente tensos. Mirando hacia todos lados con un rostro nervioso buscaron la causa de tan abrupto cambio.

—Esto es raro... Daiki, algo no huele bien aquí—Arata observó a Daiki quien parecía estar observando detrás de él con una cara totalmente totalmente horrorizada.

—...Ara-Ara-ta... ha-hay alg— Sin dejar terminar la oración a Daiki, Arata se apresuró a girarse sin esperarse aquello que aterraba de tal manera a su amigo haría lo mismo con el.

Arata se quedó perplejo, su cuerpo se tornó pálido y un sudor frío comenzó a recorrer su frente. Detras que un árbol se encontraba una criatura que fácilmente supera los 2 metros, un cuerpo delgado lleno de un pelaje irregular color carbón, pero lo que más destacaba de la criatura era su rostro, parecía ser el craneo de un venado con enormes astas adornadas por hojas y lianas que debieron quedarse atascadas en estas debido alguna de sus caminatas.

Una pequeña luz roja proveniente de las cuencas de su cráneo como si se tratara de sus ojos observaba a los chicos con la tranquilidad y atención de un depredador esperando a su presa. No había movimiento por parte de ninguno de los tres, todo el bosque se encontraba en un silencio abisal, donde lo único que rompía aquella tensión era el movimiento de las hojas de los árboles.

—¡Ah!... ¡Ah!

Pronto Arata junto con Daiki comenzaron a retroceder con pasos lentos y cortos sin quitar los ojos de la bestia, la cual se mantenía aún quieta únicamente observando.

—... Arata que haremos—Daiki preguntó en voz baja a su amigo, haciendo lo posible por evitar movimientos llamativos.

"¡Que haremos! Esto está muy mal, esa cosa claramente quiere algo de nosotros y de ninguna manera es un abrazo. Yo aun no me quiero morir, acabo de volver justo de eso ¡Esto no es justo!"

La criatura finalmente decidió actuar. Un grito tan desgarrador como si de un animal siendo asesinado se tratara resonó en todo el bosque, y pronto salió del árbol comenzando a caminar, pronto trotar y posteriormente comenzaría a correr.

—¡Corre Daiki!

—¡AAHHH!

Sin dejar escapar un solo segundo comenzaron a correr lo más rápido que pudieron, tratando de evitar a la bestia que los estaba persiguiendo, dentro del bosque aprovecharon los troncos caídos, rocas enormes y herbazales que encontraban en el bosque, aprovechando cada oportunidad para poder perderla. Sin embargo la criatura tenía la fuerza suficiente para tirar árboles con tan solo chocar sus astas en ellos, garras tan afiladas con las que partía las rocas y obstáculos como si de papel se tratara y por si fuera poco su olfato era algo envidiable, aún sin tenerlos a la vista o haberse quedado atrás los encontraba con una facilidad aterradora.

"¡Estamos bien! todo esta bien, solo debemos salir del bosque, parece que perderlo es imposible aun así si logramos salir del bosque o encontrar algún pueblo o persona nos podemos salvar, pero ¿Siquiera hay posibilidad de eso? Tanto Daiki como yo estamos llegando a nuestro límite, aunque es verdad que gracias a la adrenalina hemos podido resistir más no tardaremos demasiado."

Tratando de buscar una solución Arata se mantenía pensando sin olvidar que estaba corriendo por salvar su vida de un animal desconocido.

¿Eso siquiera se le podría considerar animal?

— Impo... sible—Daiki estaba comenzando a sofocarse después de huir a toda velocidad por tanto tiempo— ¡Estoy llegando a mi límite! —La velocidad de Daiki comenzó a reducirse lentamente.

Pero para su mala suerte los gritos y chillidos de aquella "cosa" no se detenían ni se sienten más lejanos, al contrario cada vez se sentían mas cerca. Sumando a todo esto el sonido de los árboles cayendo y las rocas siendo partidas mantenían la tensión constante.

—¡Daiki! Más ade... lante los arbo... les son menos de... nsos ¡Vamos ahi!— Al igual que Daiki Arata ya se encontraba en su límite tanto mental como físico, habían corrido aproximadamente por 10 minutos en un terreno muy escabroso, además de que no son jóvenes muy atléticos así que su resistencia era bastante limitada.

Conforme avanzaron el terreno se comenzó a abrir, y para su buena suerte la bestia comenzó a escucharse un poco más lejos.

Eventualmente se logró ver la luz al final del túnel, tan pronto como se acercaron hacia su objetivo lograron ver un pequeño arroyo el cual cruzaron rápidamente.

Y finalmente escaparon del bosque, la criatura dejó de escucharse al igual que los árboles siendo quebrados. Tal vez se haya cansado o simplemente haya presas mejores en ese bosque que serán más fáciles de cazar. Para su buena suerte todo rastro y tensión de aquella criatura finalmente cesó.

—No... no puedo... seguir... más... —Dijo Daiki con su mano en el pecho.

—Daiki, respira... toma un... segundo...

Arata se encontraba al igual que Daiki totalmente fatigado así que sin pensarlo se tiró al césped boca abajo.

—¡Ah! Esto... es ridículo... —Exclamó Daiki mientras se sentaba en el piso con las manos recargadas en el césped.

—SI... lo... es. Pero... solo hay... que reponernos.

Pasaron algunos minutos donde la conversación fue nula y únicamente se escuchaban jadeos y quejas por parte de los dos, hasta que finalmente lograron calmar sus respiraciones.

—Estoy al límite, creí que terminaría comiéndonos algo así.

—Para nuestra buena suerte los árboles sirvieron de barricadas y ralentizaron su avance pero... uff. No esperaba esto para nada—Arata con su mano recorrió cabello hacia atrás buscando refrescarse— El hecho de que nos encontraramos con esa cosa, fue mera coincidencia, quien sabe que más se podría estar ocultando ahí.

—Es cierto... Pero bueno, hay que ver a futuro—Dijo Daiki levantándose con una sonrisa un poco más motivado—¡Mira estas vistas! acaso ¿No te dan ganas de explorar la zona?

Habían llegado a una pintoresca llanura, adornada con enormes montañas a la lejanía y arboledas decorando la llanura. A la vista se podía distinguir únicamente un gran río que corría rumbo al noreste, y algunos animales con apariencia de ovejas pero estas tenían una cola que terminaba en una punta de lanza, además de que algunas, contaban con un par de astas de un color amarillento.

—Honestamente preferiría quedarme a descansar aquí un poco más pero...—Arata observó el cielo dándose cuenta de que el cielo estaba comenzando a tomar un tono anaranjado—Tenemos que buscar algún refugio, y posteriormente algo para poder comer.

—¡Yes, Avancemos por la Tierra Media!

Con una ligera sonrisa, Arata miró a Daiki y se levantó del suelo lentamente.

Caminaron durante la llanura observando todo lo que podían a su alrededor, mientras el tono naranja del cielo empezaba a tornarse azul. No había alguna otra criatura fuera de aquellas ovejas que al parecer eran las más comunes de habitar en esas llanuras, algunas aves pequeñas que volaban tan rápido que era difícil distinguir siquiera su color, o peces que parecían tropicales nadando en el río antes mencionado, donde Daiki y Arata se detuvieron a tomar algo de agua.

—Es bastante...¡Fresca! Nunca había probado un agua tan fresca, deberías probarla Arata.—Decía Daiki mientras se agachaba a mojarse la cara y beber agua del río.

—No se... si sea buena idea, digo, no sabemos de dónde viene o si puede darnos problemas en el estómago o algo así.

—¡Buah! Es deliciosa, dudo que nos haga algún daño tan solo mira lo cristalina que es.

—... Bien, de todas maneras necesito tomar algo, después del maratón de bienvenida que nos dio esa cosa.—Arata pronto se acercó y bebió del río.—Es cierto, está deliciosa, no podría comparar esta agua con alguna de Japón.

Arata se detuvo a pensar un momento y se levantó rápidamente.

—Daiki, espérame aquí.

—¿?

Arata caminó hacia el árbol más cercano en la llanura y tomó un pequeño tronco hueco que usó como cubeta para recoger agua del río.

—Lo tendré que estar cargando pero es mejor que no tener agua.

—Eh, buena idea, jamás se me había ocurrido.

—¡Claramente! ¡Ni siquiera te detuviste a pensar en que en el río podría haber algo como lo del bosque!

—¡Oye! no se me vino a la mente en el momento, tenía sed.

—Sí claro... Así vas a volverte a morir y eso que no llevamos ni un dia aqui.—Se quejo Arata mientras se golpeaba levemente la frente.

—Ahh~. En fin hay que movernos, la luz se nos va y no quiero saber que sale aquí de noche.

—Bien...

La caminata se tornó en una carrera contra el tiempo, el sol caía y las arboledas y bosques que rodeaban la llanura cada vez se volvían un lugar del que era mejor estar lejos.

—Estamos empezando a perder visibilidad, honestamente no sé si seguir avanzando es lo más prudente Daiki...

—Tenemos que, ni siquiera hay algo que podamos usar de refugio aquí, y no sabemos como funcionan las criaturas de este mundo, tal vez pueden ¿spawnear?

—¡No es momento de decir tonterias idiota! eso es muy... muy... muuuy, improbable.—Dijo Arata mientras Daiki lo miraba con un rostro burlón.

—No lo descartes Arataaa. Imagina que justo en este momento spawnea un esqueleto a tu lado je.

Daiki...—Un irritado Arata hacía muecas y fruncía el ceño mientras Daiki jugueteaba y se burlaba de él.

—Bieeen, ya me detendr— Sin terminar la oración Daiki observó a la distancia una leve luz naranja.—Oye, Arata ¿ya viste eso?

—¡Oh no me digas un esqueleto! ¡Qué miedo! —Exclamó Arata mientras se burlaba de Daiki.

—No idiota, no estoy jugando, es una luz, muy leve pero parece que hay algo ahi.

Arata entrecerró los ojos y echó su cabeza hacia delante tratando de buscar la luz que mencionó Daiki.

—Es cierto, vaya vista tienes.

—¿No será que te estás quedando ciego por leer tantos mangas?

¡Callateee! No tiene nada que ver.—se quejó Arata con una expresión de molestia.—En fin, tenemos que ir ahí, ya oscureció, y aunque todavía no hay ninguna criatura me preocupa esto.

Se apresuraron a acercarse a aquella misteriosa luz mientras la luz de las estrellas finalmente los cubrió. El cielo era un hermoso cielo estrellado el cual no podrías ver desde ninguna ciudad debido a la contaminación lumínica, es un cielo tan puro que podrás ver tonos púrpuras incluso. Sumando la tranquilidad de la zona, esto sería un paraíso para cualquier viajero que buscará establecer contacto con la naturaleza.

El viento soplaba de tal manera que parecía que acariciaba todo lo que tocaba, los insectos entonaban su sinfonía nocturna con zumbidos leves y el ambiente era tan fresco que podrías quedarte dormido con tan sólo recostarte la corta hierba del lugar. Todo esto sería perfecto si no fuera por lo desconocidas que eran estas tierras.

—Parece una...¿Antorcha?

Daiki corrió hacia adelante estando ya cerca de la zona, tratando de buscarle forma a aquella misteriosa luz.

—¡No! ¡Espera idiota!—Le grito a Daiki mientras este comenzaba a dejarlo atras.

Los dos habían llegado a lo que parecía un sendero iluminado por una antorcha que era sostenida por un soporte de madera, esta se encontraba al extremo del camino.

—Y esto... ¿Habrá algún pueblo cerca, Arata? si hay luz es que hubo alguien por aquí.

—Si, encontrar esto es un poco aliviante, aunque la verdad estoy muy nervioso estando tan al descubierto en una zona donde todo lo que se ve son árboles.

—Ve el lado positivo, gracias a que hay pocos árboles en esta llanura podemos ver si hay algo cerca.

—Mmmm, no lo sé, solo quiero buscar algún lugar con gente, esta tensión me está volviendo loco, siento que en algún momento va salir algo del bosque.—El recuerdo de la criatura que los atacó vino a la mente de Arata causándole un escalofrío.—Shh... No quiero volver a pasar por lo mismo...

—Tranquilo, solo hay que avanzar por el sendero hasta encontrar algún lugar mínimamente seguro.

—Bien...

—Por cierto Arata ¿Me das algo de agua?

Arata le dio el tronco hueco a Daiki quien lo acercó a su rostro para beber.

—Ñam ¡Qué delicia! Ahora si sigamos, tom— Al momento de pasarle el tronco a Arata este se abrió por la parte de abajo dejando caer toda el agua.

Arata se quedó observando y después de unos segundos comenzó a aplaudir.

—¡Bravo! ¡Bravo! Nos dejaste sin agua.

—¡No fue mi culpa! ¡Esa cosa se abrió sola!

—vaya mierda, esto no puede ser peor, ya no tenemos agua ni comida, no tardaremos en comenzar sentir hambre y está comenzando a hacer más frío.

Arata comenzó a trotar por el sendero—¡Hey Arata esperame!—Dijo Daiki mientras soltó el tronco roto y se apresuró a alcanzar a Arata. Todo esto mientras eran observados a la distancia por unas pequeñas criaturas peludas con apariencia de duendes, una nariz parecida a la de un murcielago y unos pequeños ojos amarillos. Las criaturas únicamente se limitaron a hacer pequeños sonidos apuntando a los chicos, mientras se dirigían al bosque.

Continuando por el sendero por aproximadamente 20 minutos, siguieron trotando y en algunos puntos incluso corriendo pues llegaron a ver fuera del bosque grupos de criaturas con apariencia de grandes lobos negros, o dentro del mismo bosque entidades que los observaban desde la distancia. El hecho de que no se hayan acercado y únicamente se quedaran observando fue muy afortunado.

—Arata ¿Realmente crees que esto nos llevará a algo? Digo, llevamos como 20 minutos trotando por este camino, y me estoy empezando a poner nervioso.

—Solo esperaba que hubiera algo...

"Si, debe de..."

La ansiedad y la preocupación inundaba cada vez más a los chicos, si alguien los viera pensaría incluso que estaban asustados. Pero no era así, únicamente se sentían agobiados de tanto caminar y sobre todo, de ser observados por criaturas desconocidas.

Conforme avanzaron dejaron atrás las arboledas dejando ver únicamente la llanura con unos pocos árboles, bosques a una gran distancia y majestuosas montañas de fondo.

—¡Al fin! No siento las miradas.

—Que alivio.

—Arata, mira eso, parece una enorme pared. — dijo Daiki señalando hacia su derecha.

¡Es un pueblo! corre hay que llegar rápido.

—Bien.

Como si de magia se tratara el agobio y el agotamiento que sentían se desvaneció y se dirigieron rápidamente hacia aquella gran muralla.

Conforme se iban acercando la muralla dejó ver por encima de esta algunas puntas de lo que parecían ser torres con una construcción bastante occidental.

En la grisácea muralla de roca también se lograba observar una gran entrada en la cual únicamente se encontraban dos hombres con lanzas, uno en cada lado.

La muralla parecía estar bastante desgastada, mostrando el paso de los años y los intentos de asedios hacia lo que parecía ser una ciudad amurallada. La muralla no presentaba ningún signo de estar custodiada por caballeros, encima de la muralla no había ninguno y tampoco había ningún torreón en ninguna parte de la muralla.

—¡Un pueblo! tiene toda la pinta de ser nuestro pueblo inicial donde conseguiremos equipamiento y conoceremos a las chicas de nuestro grupo ¡Al fin algo va salir bien!

—¡Si, finalmente algo de comida!—Mencionó Arata mientras babeaba imaginando deliciosos alimentos.

Los dos jóvenes se encontraban ilusionados con muchos pensamientos típicos de cualquier otaku amante del género. Después de todo eso eran, dos chicos esperando fervientemente a entrar al lugar donde comenzaría su aventura.

Daiki se acercó primero a la entrada, en la cual una gran puerta de madera debería estar bloqueando la entrada, pero únicamente quedaban enormes bisagras oxidadas como señal de que antes existió tal puerta.

—Ah, esto es raro, empieza a oler un poco mal.—mencionó Daiki cubriendo su nariz.

—Vaya olor, apesta a alcohol.—dijo Arata cubriendo la mitad inferior de su rostro con la manga de su suéter.

—Daiki, ya se que es...

Los guardias que "cuidaban" la entrada estaban medio ebrios y somnolientos, esto se podía notar por su rostro el cual estaba rojo, con una expresión intensa de relajación y los dos tarros tirados al lado de cada uno de los guardias.

Los hombres estaban vestidos con ropa de tela un poco sucia, una pechera y hombreras de acero sucio como armadura.

—¡Estos deben ser los caballeros! Míralos parece que hubo una gran fiesta esta noche en el pueblo ¿Acaso vencieron a una gran bestia en el gremio de aventureros? o tal vez se celebró algún gran evento ¿no es así Arata?

—¡Si! Tal vez hubo alguna celebración en el pueblo, pero no creo que esos de ahí sean caballeros ¿los caballeros usan armaduras brillantes que no? Estos solo tienen unas piezas de armadura sucia y ni siquiera parece que sean de alto rango...

—Tal vez la ciudad es tan segura que los caballeros importantes están adentro, ¡Mira al fondo hay un enorme castillo iluminado, allí deben de estar.—Dijo Daiki con un brillo en los ojos, que enseguida le transmitió a su amigo.

—Woh... ¡Es enorme! debe ser muy lindo ahí adentro, tal vez ahí esté la princesa esperando a ser desposada por un apuesto caballero el cual claramente seré yo.

Arata con una enorme sonrisa observó el castillo a la lejanía pensando en que haría al conocer a la princesa.

—¡Hey! ¿Por qué tienes que ser tú? yo sere quien despose a la bella princesa idiota. Será m-í-a. ¡MIA!

Así entre jalones y empujones entraron a la ciudad mientras que los dos guardias ebrios caían al suelo dormidos.

Sin embargo lo que encontraron fue algo bastante decepcionante, las casas y edificaciones que había en la pequeña ciudad parecían bastante viejas y algunas incluso se encontraban en condiciones deplorables. En total había lo que parecían ser cuatro torres altas de roca quemada repartidas por la ciudad que parecían ser utilizadas anteriormente como puestos de ballestas o arqueros. Lo que más destaca del lugar además de sus callejones estrechos en algunas zonas junto con lo descuidado y viejo que se veía, era como los caminos se volvían ascendentes hasta llegar al castillo, como si este se encontrara en el terreno más alto de la ciudad, el cual a diferencia de lo que se podía observar estaba en perfectas condiciones, totalmente limpio y luminoso. Era lo más destacado de la ciudad.

—... Ehh... Arata ¿no se ve un poco mal todo esto? todo se ve viejo.

—Es raro, tal vez es debido a que estamos en el sector más bajo de la ciudad, en este tipo de lugares entre más centrado se encuentra algo su estatus es mayor.

—¡Cierto! debe de ser eso. Entonces hay que movernos hacia el centro.

—¡Ah por la princesa!—Grito Arata mientras corría por el camino más amplio que llevaba hacia el castillo.

—¡ESPERAME IDIOTA!—Grito Daiki, mientras corría para alcanzar a Arata.