Mientras nos dirigíamos hacia el centro notamos como aunque avanzamos el territorio se seguía viendo igual de mal, había antorchas únicamente adornando las afueras de las casas, no había ningún tipo de alumbrado público así que algunas calles eran muy oscuras. Si bien había tiendas, panaderías, posadas y puestos de comida, de donde más se lograba escuchar sonido era de una vieja cantina con incluso hombres tomando fuera y riendo a carcajadas, desde que llegamos al pueblo es la primera vez que habíamos visto tanta gente junta.
—¿No tienes el presentimiento de que nos están observando? me siento algo extraño
Me pregunto Arata en voz baja.
— Nop, lo siento no me di cuenta, hasta ahora que lo mencionas.
La verdad ni lo note, estaba totalmente concentrado viendo el enorme castillo enfrente de mi.
"Deben de ser ladrones o algo así, pero aunque vinieran hacia nosotros no tenemos nada que darles, solo nuestra ropa. Ahora que lo pienso es bastante rara para la época en la que estamos, por lo que he visto es algún tipo de edad media. Nos vemos extraños a sus ojos así que es normal que nos robemos algunas miradas, aunque en este caso no es algo que quiera."
Note que Arata se comenzó a sentir un poco inquieto debido a que conforme avanzabamos los hombres salían de callejones y algunos incluso nos señalaban.
Por otra parte yo estaba perdido en mis pensamientos sobre si podría obtener algún tipo de magia ahora que nos encontramos en este nuevo mundo, digo, seguro existe aquí ¿qué clase de magia tendré? tal vez magia sagrada, magia de fuego ¡O de rayo! seria increible, a lo cual también tengo que empezar a pensar en mi nombre de héroe.Tal vez Dios del filo ¿El caballero negro? nah, muy común...
—¿Qué tanto está murmurando?
Me preguntó Arata mientras me observaba, sin darme cuenta me perdí en mis pensamientos y en mis labios dibujaban una enorme sonrisa en mi rostro. Y como no, era bastante excitante imaginar algo así.
—Oye Daiki ¿ya te fijaste? es bastante largo el camino y aun no he visto cambios en la ciudad, sigue igual de horrible...
—Es cierto, lo único que se ve en buen estado es el castillo el cual ahora que lo veo de cerca es mucho más majestuoso, y mira eso incluso los arbustos que adornan el castillo tienen formas, ese parece una corona, aquel un conejo y ese de allá... ¿un perro?
—Deja de ver los arbustos idiota, hay que ir al castillo, tal vez nos pueda ayudar alguien ahi, honestamente no confio en la gente de por aqui, se ven muy "poco amigables".
—Estoy de acuerdo, yo tampoco quiero hablar con la gente de aquí, digo no soy juzgón, pero todos los hombres están vestidos como maleantes.
Y con motivo, pues desde que entramos a la ciudadela la gente que hemos observado viste únicamente prendas de tela y algunas de cuero, algunas tienen su ropa un poco sucia mientras que otras parece que no la han lavado en meses. Incluso algunos tenían dagas, y en algunos puntos de la caminata un fuerte hedor se hacía presente viniendo de las viejas casas cercanas al camino principal. Ni los barrios más bajos de Japón se ven así de mal como este lugar.
"Algo muy gordo debió pasar para que este lugar se encuentre en estas condiciones, pero es raro el hecho de que lo único en buen estado es el castillo, incluso me atrevería a decir que está en perfectas condiciones. Daiki ni siquiera ha notado lo raro que es eso, está emocionado y no lo culpo yo también lo estaría, pero pocas veces he tenido para emocionarme pues necesito pensar en qué hacer en esta situación tan poco usual."
★★★★
Una vez llegando al castillo nos topamos con un guardia custodiando el acceso de una pequeña muralla de unos 3 metros, la entrada era una reja plateada finamente ornamentada que dejaba ver detrás un gran jardín iluminado siendo vigilado por caballeros.
Cuando nos acercamos al pasaje, el guardio procedió a colocarse frente a nosotros.
—No pueden pasar, el acceso está restringido.
Con una voz gruesa, el hombre corpulento vistiendo una armadura plateada golpeó levemente la base de la lanza que poseía contra el suelo.
Yo me emocioné al ver al caballero, pero logré mantener la compostura y decidí dar el primer paso.
—Oh, no queríamos pasar, solo estábamos buscando orientación, somos aventureros que se perdieron y llegaron a esta ciudad. Si no es mucha molestia ¿podría decirnos en donde nos encontramos?
Arata se quedó observando con los brazos cruzados, esta vez me dejó hablar a mi.
El caballero nos miró un momento y habló.
—Ya veo, no son de aquí.
—Así es, llegamos por mera coincidencia, no tenemos ni dinero, alojamiento o siquiera alimento.
—Están en Obrid, la ciudad al oeste que está en la frontera entre Dimeria y Avoria.
—Entonces ¿Este reino es Dimeria?
—Si.
El guardia me observó despectivamente para volver a su posición inicial a un costado del acceso. Sentí claramente lo que decía su mirada, pero mantuve mi rostro amable.
—Si ya terminaron vayanse, como guardia exterior no tengo permitido hablar con civiles, esto fue una excepción.
Después de decir eso el caballero dejó de mirarme e ignoró cualquier pregunta que le hice, así que voltee a ver a Arata buscando guia.
—Ven, ya vámonos, el guardia te está ignorando totalmente.
Terminando la deficiente investigación nos alejamos y terminamos sentados en una panadería, sabíamos que era una porque tenía un letrero de madera con la imagen de un pan tallada en él. Lo curioso es que no sabíamos que decía el letrero, eran símbolos raros. Gracias a eso intuí que podemos entender y hablar el idioma pero no leerlo.
Esto claramente no iba bien, tanto Arata como yo tenemos hambre y el hecho de que lo único que se encuentre en servicio son tabernas no ayuda mucho, ni él ni yo consideramos acercarnos siquiera ahí. Probablemente terminemos metidos en algún pleito o desnudos.
Frustrado coloque las manos sobre mi rostro tratando de pensar en algo, pero eso no se me suele dar bien.
—hey, tranquilo hallaremos una manera de sobrevivir, además el cuerpo humano puede aguantar más de 1 día sin comer.
—Lo sééé, pero el problema es la sed...
La caminata y todo el problema que ocurrió antes de llegar al pueblo nos dejó sedientos nuevamente, pues el agua que teníamos la perdimos. ¡claramente eso no fue mi culpa!
Ciertamente no aguantaremos mucho sin tomar algo, pero parece que lo mejor es esperar hasta mañana, a esta hora no encontraremos nada, no hay hora así que tal vez sea de madrugada o algo así.
Esa noche dormimos afuera de la panadería, fue una noche fría pero nuestra ropa fue suficiente para resistir la noche, la cual por cierto fue bastante tranquila, solo se escuchó un sonido parecido al de un grillo toda la noche.
Cuando amaneció fuimos despertados por un hombre barbudo y delgado que rondaba los 50 años, quien al parecer era el dueño de aquel local.
—¡Hey mocosos! ¡Arriba!
—Mmmm...
Sin entender lo que sucedía Arata y yo nos levantábamos aun con sueño, pues quien sabe hasta a qué hora de la madrugada dormimos. Cuanta falta hace un reloj...
—¡Espantaran a toda mi clientela! con lo que me cuesta siquiera que me compren... este lugar es un asco.
—Hmm~
Arata y yo bostezamos a la vez finalmente tomando conciencia de lo que sucedió.
—Daiki ¿Quién es ese señor?
—Eso te iba preguntar yo, no tengo idea.
Nuevamente decidimos sentarnos afuera de la panadería para despertar completamente, pero esta vez sin estorbar la entrada.
—Y bien cuál es el plan de hoy, la mañana es hermosa, aun siendo un lugar tan viejo y pobre las mañanas son muy frescas y motivadoras.
¡Estoy motivado y con mucha razón! Ayer pasamos mucho miedo pero ver ahora a toda la gente caminar, las tiendas abiertas, hombres con lanzas y espadas ¡seguía siendo emocionante!
Lo primero que pensé fue en buscar algo para comer y beber, pues desde ayer no comimos ni bebimos nada ya que todo se encontraba cerrado.
—Hoy buscaremos información ahora si, reunimos todo lo que podamos además de comida y algo para tomar.
—¿Y por dónde empezamos? Hay mucha gente aquí.
—No lo se Daiki ¿Tal vez por la panadería que tenemos detrás?
Ciertamente me había olvidado que teníamos una panadería detrás de nosotros.
—Claro...
Entrando a la panadería el olor a masa fermentada nos dio un fuerte golpe, después de no haber comido por bastante tiempo nuestro estómago reaccionó naturalmente.
"Huele delicioso, tal vez haya forma de pagar por un pan con algo de nuestra ropa.
Eso diría si no hubiera visto las condiciones tan deplorables en las que se encontraba el pan, el cual se reside en largas mesas a los costados de la entrada. Todo estaba lleno de moscas y incluso llegue a escuchar algún chillido de rata, y eso que apenas habíamos entrado."
—Mira esto Arata, el pan parece un ladrillo, está absurdamente duro.
—¡No lo toques idiota!
En la entrada el hombre que anteriormente nos hizo movernos de su entrada nos recibió con el ceño fruncido.
—Bienvenidos... ¿Les puedo ayudar en algo?
Se notaba claramente molesto, a simple vista el viejo se dio cuenta de que no teníamos dinero, ni una sola moneda.
Arata se acercó al mostrador el cual al igual que todo el recinto se encontraba en malas condiciones.
—Hola, vera... no somos de aqui asi que esperaba poder obtener información de donde nos encontramos.
Me quedé observando desde la entrada, incluso desde ahí se notaba que el viejo no tenía intenciones de darnos información de buena gana.
—Escucha mocoso, esto es una panadería, si no vas a comprar nada lárgate, busquense un trabajo o algo que hacer.
Arata claramente se molestó después de escuchar al hombre hablar de tal manera. Pero aun así mantuvo la compostura y habló serenamente de nuevo.
—Por favor señor... Solo queremos información sobre el reino, Lo único que sabemos es que estamos en Dimeria.
El hombre quien estaba a punto de irse se detuvo un momento y preguntó.
—¿Tienes monedas?
"Nada, no tengo nada, tal vez haya alguna otra manera de obtener la información, tal vez ¿Algún favor?
—No tengo monedas, pero si así lo requiere puedo ofrecer mi sudadera.
—Mmm... déjame ver, tal vez le pueda sacar algunas monedas, se ve de buena calidad.
"¡No hace mucho que la compré maldito viejo! Literalmente me morí dos días después de haberla comprado..."
Arata sostuvo la sudadera y la entrego como si de una reliquia sagrada se tratara, se noto que le dolió darlo, pero su suéter valía más que el mio, dudo que valga algo con una rasgadura en el pecho.
"Adiós, hasta nunca..."
—¡Por que te pesa tanto lo compraste hace menos de una semana!
—¡Justo por eso idiota!
El viejo se dirigió a la habitación detrás del mostrador después de tomar la sudadera. Fue una escena un poco absurda, incluso procedí a rascarme detrás de la cabeza de la incomodidad.
El viejo pronto volvió del cuarto antes mencionado sentado detrás del mostrador, creo que jamás había escuchado rechinar una silla como lo hizo esta.
—Bien, responderé las dudas que tengan, pero antes de eso les tengo que preguntar algo a ustedes... ¿De dónde vienen? Se notan demasiado perdidos, en absolutamente todo lo que los rodea, tienen una ropa extraña y un acento un poco extraño.
"Es cierto, ni siquiera lo pensé, desde que llegamos no nos preguntamos si podíamos hablar el idioma de este lugar, pero esto responde la pregunta, pero ¿será que hay más idiomas? también los símbolos del letrero de afuera parecen algún tipo de escritura, si es lo que pienso podemos entender y hablar, pero con la escritura es otro caso."
Decidí acercarme al mostrador para ayudar un poco a Arata con la pregunta, pues el viejo hizo una muy buena. Al final decidí contar exactamente lo que pasó.
—Simplemente aparecimos en alguno de los bosques fuera de aquí, no recordamos ni sabemos nada, solo nuestros nombres.
—¿Y cuales son?
Ah mierda, no puedo darle los nuestros, sería aún más raro. Normalmente en estos mundos usan nombres menos japoneses. Digo, no habría problema, pero creo que así sería más complicado explicar nuestra situación.
—Yo soy...
Justo cuando estaba por hablar Arata me interrumpió.
—Laik, yo me llamo Laik y el nombre de mi amigo es Danwyn.
El viejo frunció el ceño por un momento, pero parece que se logró comer la mentira, me alivie por un momento pues yo probablemente hubiera terminado dando una excusa para no darle mi nombre, pues yo no tengo la agilidad mental que tiene Arata para pensar.
–Laik y Danwyn, bien. Puede que vengan de otro reino y algo pasó haciendo que terminaran aquí. Aunque sus nombres suenan de aquí.
Tanto en Arata como en mi se dibujó una leve sonrisa, y quien procedió a hacer la primera pregunta fue Arata.
—Primero que nada, por que este lugar se ve tan...
—¿Tan hecho mierda?
Los labios del viejo se comenzaron a curvear lentamente dejando ver una desdentada sonrisa, para posteriormente dejar salir una carcajada que rebotó por toda la habitación.
—Ja, Ja, Ja ¡Dilo sin miedo chico! no es como si no supiera que este lugar tiene más parecido al culo de un boushee que a una ciudad.
¿Qué mierda es un Boushee? Al igual que yo, Arata parecía hacerse la misma pregunta. Sin embargo, decidimos dejarlo pasar por ahora.
—¿Y por qué está en tan malas condiciones esta ciudad?
El rostro del viejo cambió, su sonrisa desapareció y su rostro adoptó un aspecto más serio.
—Ah eso, es debido al bastardo noble que se encuentra en el castillo de la ciudad. Es un maldito ególatra que se preocupa únicamente por vivir bien, el rey de este reino eligió a un noble estupido como señor feudal...
Eso explica por que lo único que está en buenas condiciones es el castillo, si es un noble como menciono entonces existen más familias nobles dentro del reino, es como me lo imaginaba. Después de todo mi conocimiento en anime y manga si sirvio de algo.
–Hmm... pero eso no explica por qué este lugar parece incluso las ruinas de una ciudad , si no fuera porque vive gente aquí cualquiera pensaría eso.
Pregunto Arata con su mano sobando su barbilla.
—Jo~ supongo que tal vez no escuchaste la historia cuando eras niño o tal vez la olvidaste junto con tus recuerdos, pero fue debido a la guerra entre Dimeria y Avoria.
El viejo nos contó que hace aproximadamente 20 años terminó una Guerra donde el territorio se disputó entre Dimeria y Avoria el cual es actualmente un reino vecino. Durante ese tiempo la esta ciudad anteriormente era hogar de familias nobles o de alto estatus, pero debido a que esta ciudad se encontraba cerca de la frontera terminó siendo el objetivo del reino de Avoria.
Los nobles huyeron a otra ciudad y este lugar se volvió un refugio de guerra que posteriormente se convirtió en el hogar de las personas de bajo estatus víctimas de aquella guerra, por eso el lugar está en tan malas condiciones.
Después de que la disputa se calmó, se realizó un pacto de paz entre los dos reinos y actualmente se está trabajando en la formación de una alianza a través de un matrimonio político. Otra cosa que fue mencionada fue acerca de la creación de algo que el viejo llamó "El abismo" y según lo que nos contó en es guerra se enfrentó la Casa Edevane por parte de Dimeria y la casa Voltak del Lado de Avoria, estas son las familias nobles que han sido reconocidas como Casas que han criado a poderosos caballeros y magos.
En el choque de uno de los caballeros más fuertes de cada reino creó una enorme grieta que actualmente se encuentra en Avoria, esa grieta actualmente se le conoce como el abismo. La historia que el viejo nos contó solo hizo que nos interesáramos más por este mundo, así que la charla duró hasta que el sol se comenzó a ocultar.
Durante ese tiempo finalmente nos enteramos de que un Boushee, al parecer eran las cosas con apariencia de oveja que vimos en las llanuras. También nos menciono el mercado de Rolf que debido a una tradición miles de mercaderes ambulantes adornan las calles con carpas dentro y fuera de la ciudad, por lo que nos dijo es uno de los lugares donde puedes encontrar de casi todo, aunque muchas veces el precio es algo elevado o tienen mercancía en malas condiciones. Y entre todo lo que nos contó la gran parte fueron quejas contra el rey, quien por cierto se llama "Cedric Dimeria".
—Bien, ya es suficiente necesito ir a dormir, contar historias también es cansado.
El viejo se levantó de la silla nuevamente dejando escuchar un rechinido.
—Si, así lo quieren pueden quedarse a dormir en el local y tomar algún pan de los que están en las mesas de ahí, señalando las mesas a los costados del lugar y en la sala de atrás hay agua.
—Pero ese pan esta duro, digo gracias, pero ¿Si quiera es comestible?
Pregunté con la intención de que nos diera algún pan algo más fresco o siquiera masticable.
—¡Dan no seas grosero! comida es comida.
Arata me reprendió, y con razón, no estoy en situación para quejarme de algo.
—Escucha chico, me cayeron bien así que les estoy haciendo un favor, así que deja de quejarte, es lo que hay, si quieres algo más hay muchas ratas aquí.
El hombre me miró mientras salía del local, yo solo me quedé mirándolo mientras fruncía un poco el ceño. Pero a diferencia de mi, Arata lo observó con un rostro más amable y una leve sonrisa en sus labios.
—¡Muchas gracias señor!
Arata inclinó ligeramente la cabeza en agradecimiento al viejo, quise hacer lo mismo pero después de la mirada que le lancé mis ganas desaparecieron.
—Esto solo será una vez, mañana a primera hora que regrese a abrir, los quiero fuera ¿Entendido?
—Claro—Respondimos los dos.
El viejo salió de la tienda y bajó una cortina de madera de la parte de arriba afuera del lugar, después escuchamos un candado y sus pasos alejarse del lugar. En los locales en mi mundo normalmente se utilizan cortinas de acero desplegable o algo así, pero parece que aquí solo hay de madera.
—Toma, deberías de comer algo, toda la información fue tan interesante que nos olvidamos de comer.
Arata me trajo un pan de aquella mesa y tomó uno para él, le agradecí y me dispuse a comerlo pero...
—Agh... Esta cosa es muy dura, sentí que iba a perder un diente.
—Lo es, pero no tenemos otra cosa, a menos que quieras comer ratas, y yo no quiero.
—Nop yo tampoco, así que supongo que no hay de otra.
Nos sentamos en el suelo y con dificultad nos comimos el pan, jamás habíamos comido algo así de duro, se sentía incluso como estar masticando ligas, además de que claramente estaba viejo.
Nos dispusimos a ir por agua terminando aquel horrible pan, caminamos a la habitación de atrás encontrando barriles llenos de azúcar y harina y lo que parecía ser un horno, algunas antorchas encendidas y por si olvide mencionarlo, los barriles de azúcar y harina tenían ratas, algo que casi hizo que Arata vomitara el pan que acababa de comer.
Buscando entre los barriles encontramos uno repleto de agua, que a diferencia del pan si estaba en buenas condiciones.
—¡Al fin agua!
No era tan fresca como la del río pero era agua.
—Bueno ahora si que ya saciamos nuestra hambre tenemos que hablar de que haremos ahora, ya oíste, el viejo nos quiere afuera mañana.
Claro que lo escuche pero tampoco es como que podamos salir de aquí sin nada, terminaríamos como empezamos.
—Pero no tenemos nada ¿Y si buscamos un trabajo?
Arata se sentó en el piso de madera del cuarto y se rascó detrás de la cabeza.
—No podemos hacer eso, sería buena idea si no fuera porque aquí podríamos decir que son incluso pobres, así que no nos pagarían nada, y cuando pasamos por la cantina vi solo a dos chicas atendiendo, y no se veían nada felices. Además yo no pienso quedarme a vivir aquí mucho tiempo.
Si, tiene razón, el pago sería bajo y yo tampoco quiero quedarme aquí mucho.
"Hmmm, el mercado de Rolf, tal vez podríamos ahorrar para comprar algo ahí, o intercambiar en el mercado nuestros zapatos o algo de ropa, no, no tal vez nos estafen, pues no sabemos cómo funciona el sistema monetario de este mundo. Además no sabemos cuánto falta para el mercado, olvidamos preguntarlo.
Ammm... además tenemos que buscar donde quedarnos, son muchas cosas, necesito encontrar una solución. Torres... torres... Creo que tengo una idea."
—¡Daiki tengo una idea!
Dijo Arata levantando ligeramente la voz, haciendo que mis ojos que se estaban entrecerrando se abrieran exaltadamente.
—¡AH SÍ! Ehmm... ¿y cual es?
El plan de Arata consiste en 4 pasos:
1-Buscar un lugar en el que no nos soliciten dinero o algún pago.
2-Vivir ahí y robar de tiendas en la ciudad lo necesario para sobrevivir.
3-Esperar la llegada del mercado de Rolf y robar mercancia para largarnos de aquí.
4-Viajar a la capital del reino.
Era un plan poco moral en algunos pasos, pero para sobrevivir en esta ciudad no tenemos de otra más que robar. Nadie nos apoyaría, de eso nos dimos cuenta con el caballero y este viejo solo lo hizo porque Arata intercambió su sudadera, nadie nos conoce por obvias razones y bueno, en este lugar no somos nadie, así que tenemos que hacer lo necesario para sobrevivir...
Mientras mantengamos la esperanza tendremos opciones, eso Arata y yo lo entendimos muy bien, así que prometimos en ese momento que haríamos lo necesario para poder viajar a la capital del reino y si es que no nos equivocamos y existe, convertirnos en aventureros.
He decidido tomar esta oportunidad para poder vivir como yo quiero, siempre viví tratando de cumplir las expectativas de la gente que me rodeaba, mis hermanos, mis padres... Haré lo que yo quiera en esta nueva vida, y aunque aún siga siendo el mismo, trabajaré para no repetir mis errores en mi anterior vida. Quiero vivir libre de las ataduras de la opinión y crítica de las demás personas sin olvidar quien soy.
Se que suena egoísta, pero viviré buscando únicamente mi felicidad. Mis padres no están, ni mi hermanos, y no los extraño incluso siento que deje una carga al morir, una carga que antes de morir, me atemorizaba y me encontraba como alguien sin "Utilidad". No estoy triste solo supongo que hay un sentimiento algo nostálgico...
Pero en mis pensamientos la idea de volver no existe, mi vida en Japón pasó a ser únicamente un recuerdo, es una sensación extraña, como si se tratara de un sueño.