—Adam Jones, ¿estás enfermo?
Elly Campbell se giró impaciente y gruñó —He estado de pie todo el día sin comer nada; ¿estás intentando deliberadamente complicarme las cosas?
Esta no era la primera vez que Elly Campbell perdía los estribos con Adam Jones. Ya le había hecho experimentar su temperamento fogoso antes, pero esas ocasiones solían estar marcadas por un sarcasmo helado. Esta vez, sin embargo, llegó hasta el punto de maldecirlo abiertamente.
Adam Jones miró su cara, que se estaba poniendo roja de ira, y luchó para reprimir una sonrisa.
Y justo cuando alguien debería tener suficiente sentido común como para mantenerse alejado, en el preciso momento en que Elly Campbell perdía la paciencia, dieron un paso adelante, aparentemente buscando recibir una paliza, o más bien, intentando hacerse notar delante de Adam Jones
—Dra. Campbell, ¿cómo puede maldecir a alguien? Adam, él también es...