—Elly de repente lo llamó de una manera tan delicada que el corazón de Adam se apretó una vez más, y su corazón comenzó a acelerarse incontrolablemente. Elly nunca lo había llamado así antes.
—Elly...
Adam sintió su garganta secarse, su cuerpo se calentaba cada vez más por su voz suave y tierna, y su ya inquieto corazón comenzó a agitarse con una emoción indescriptible.
Elly continuó mirando su rostro, como un pequeño lobo acechando a un gran conejo blanco, y él vio cómo Elly fruncía los labios frente a él.
Ese gesto seductor hizo que Adam se sintiera aún más acalorado.
Sabía que si la mujer en sus brazos continuaba tentándolo de esta manera, inevitablemente haría algo incontrolable.
Especialmente porque sus mejillas estaban tan sonrojadas, y la manera en que ella entrecerraba los ojos hacia él, simplemente estaba desafiando su humanidad y paciencia.