Elly estaba junto a la puerta, su corazón lleno de angustia al darse cuenta de que había olvidado la confusión y la inseguridad que hacía tiempo afligían el corazón de su hijo. Ella había pensado que todo eso finalmente había quedado atrás, pero ahora, viendo a su hijo llorar dormido, su corazón se sentía como si estuviera siendo cortado con un cuchillo, hecho pedazos.
Muchos problemas no desaparecerían simplemente porque los evitara deliberadamente; sabía que aún tenía que enfrentarlos de frente.
Su mirada se detuvo silenciosamente en el padre y el hijo por un momento. No avanzó para molestarlos, sino que cerró silenciosamente la puerta y salió.
Adam siguó sosteniendo a William, acariciando suavemente su pequeño cuerpo sin decir una palabra mientras lo consolaba. Cuando Elly dejó la habitación, Adam levantó la vista hacia ella, apretando los labios y desviando la mirada con una expresión compleja.