—¿Cómo pudo haber pensado que él no era elocuente la primera vez que lo conoció?
—Esto está lejos de ser inarticulado.
—Esta boca es tan libre que podría tomar vuelo.
Adam Jones vio a Elly Campbell reírse de verdad, sorpresa cruzando su rostro por un instante.
Su esposa nunca le había sonreído así antes, tan hermosa, quería...
Adam Jones sintió su garganta secarse, ansioso por saciar esta nueva sed, y al siguiente segundo, sus acciones siguieron a sus pensamientos.
Estirando su brazo, agarró la nuca de Elly Campbell, se inclinó y la besó en los labios con fuerza, dejándola en un estado de incredulidad con los ojos muy abiertos.
—¿En frente de todos, no tiene vergüenza?
Afortunadamente, Adam Jones sí tenía algo de vergüenza, sabiendo que este lugar estaba concurrido, la soltó después de ceder a un impulso incontrolable de besarla.