Al oír la voz de Elly, William de repente levantó la cabeza, y al siguiente segundo, soltó los bloques de construcción que tenía en la mano y corrió hacia los brazos de Elly, sus regordetes brazos abrazándole fuertemente el cuello, sin querer soltarla.
Los ojos de Elly se enrojecieron instantáneamente.
En ese momento, se dio cuenta de que no era una madre cualificada. Aparte de dar a luz a William, siempre lo había dejado al cuidado de una niñera debido a su trabajo.
Nunca lo había escuchado quejarse, y él era tan sensato, como un pequeño adulto, que ella pensaba que no necesitaba preocuparse por él como por un adulto.
Pero él era solo un niño de tres años, un niño que necesitaba a su mami a su lado. ¿Cómo pudo haber sido tan negligente para ni siquiera preocuparse por esto?
En ese momento, el corazón de Elly se llenó de tanto dolor como culpa, y abrazó a William aún más fuerte.